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Los precios de Correos.

Por Samuel Zapico.

 


Hace ya unos años que Correos, un servicio público, llevó a cabo una subida desaforada de sus tarifas a cambio de nada. Correos siguió funcionando como siempre, ni bien ni mal, que solamente se quejan de Correos los morosos recalcitrantes y otras gentes de poca verdad.

El otro día, tuve que mandar un libro a la familia que tengo en México y me metieron un clavazo. Pero antes de entrar en el tema del precio, no puedo dejar de mencionar los veinte minutos abundantes que tuve que estar esperando para que me atendieran, ¡y otras veces fue todavía peor! ¿Cómo es que en plena crisis y con el paro desbordándose no se contrata a más personal para reducir las colas y las esperas que uno ve por todas partes, y no solamente en Correos?

La otra cosa que no puedo dejar de citar, aunque sea de pasada, es lo del certificado, esa “mordida” tan española. ¿Por qué hay que certificar una carta para estar seguro de que llega a su destino? Una carta tiene que llegar siempre, siempre, a su destino, aunque tenga errores la dirección y el franqueo no sea el correcto. Esa es la obligación de un servicio postal. Lo contrario es creer que este país y Correos son un refugio de chorizos y mangantes.

¿Cómo pueden cobrar 21,59 euros (3.596 pts.) por mandar un libro que pesa 500 gramos a México y quedarse tan frescos? Le pareció mal al empleado cuando le dije que me parecía una estafa y que me salía más barato ir en avión y llevarlo en mano. Y es verdad.

Vamos a echar cuentas: un viaje de ida y vuelta a México con una de las grandes compañías cuesta 440 euros. La mitad es 220 euros. Pongamos que esa viajero pesa lo que yo, ochenta y cinco kilos, a los que se pueden añadir, como mínimo, otros quince de equipaje. O sea que, realizados los cálculos pertinentes, si el libro de marras fuera de carne humana en vez de papel, le costaría llegar a México DF 1,10 euros, veinte veces menos que por Correos. Y hay que suponer que la correspondencia viaja con menos comodidades y atenciones que los pasajeros.