Encarecimiento, beneficios y despidos.

Por Julio A. Suárez.

El grupo petrolero francés Total es uno de los grandes del mundo. Su director general, Christophe de Margerie, ha anunciado unos beneficios récord en el año 2008 de 13.900 millones de euros (bastante más de dos billones de pesetas). ¡Menos mal que hay crisis!

Este dato es una prueba palpable de que la subida de los precios de los carburantes, a consecuencia de la especulación que hicieron con el petróleo, dio lugar a que las petroleras obtuvieran espectaculares sobrebeneficios y que los estados aumentaran considerablemente lo que recaudaban con los injustos impuestos indirectos que graban a las gasolinas y gasóleos.

Poco después de anunciar esos beneficios de escándalo, el gigante petrolero francés no tuvo ningún inconveniente en hacer público, junto con su plan de inversiones, la supresión de 555 puestos de trabajo a consecuencia de la “modernización del útil industrial”.

¿Qué dirán de ello los fervorosos nuevos devotos de Keynes y Roosevelt?

Todavía hay más: la oscuridad sobre los impuestos y tasas que la empresa gala paga en su país. La maraña de empresas filiales y sociedades del grupo domiciliadas en otros países tributarán en ellos, no en Francia, pero la empresa Total no desglosa tampoco la carga fiscal que paga en cada país.

Así que, cuando hablen de la patria…