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Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   

Han dado un jaque al Estado, a España, que puede ser mate en tres jugadas
Adecentar, recentralizar, reeuropeizar y...

Por Marcelino Laruelo.

¡Y defender al trabajador!, al obrero, al currante, al pueblo llano, víctima de tantos abusos. Porque estamos, están empeñados en arrastrarnos al borde de una nueva guerra civil, antesala de una guerra europea y mundial. O sea, el horror de siempre que creíamos que no volvería nunca.

En las elecciones alemanas de 1930 para cubrir los 577 escaños del Reichstag, los socialdemócratas (SPD) obtuvieron 8,5 millones de votos (24,5% y 143 escaños), los comunistas (KPD) 4,6 millones de votos (13% y 77 escaños) y los hitlerianos (NSDAP) 6,4 millones de votos (18% y 107 escaños).
Hitler llegó al poder en 1933 y en menos de siete años consiguió arrastrar a la mayoría de la nación alemana a la guerra y al desastre total. ¡Y con los primitivos medios de propaganda y manipulación de masas de entonces! ¡Imaginémosnos el lavado de cerebro de masas que han podido organizar estos figuras en 35 años con la cantidad ingente de dinero que mueven y con los sofisticados e infinitos medios de que disponen!

Han dado un jaque al Estado, a España, que puede ser mate en tres jugadas. Menos mal que, por el medio, ha habido ‘cuernos’. Unos ‘cuernos’ políticos que con tanta dignidad llevan la pseudo izquierda independentista y asociados: ¡Abajo Rajoy y viva Puigdemont! ¡Hay que ver! Para ganar esta decisiva partida de ajedrez hay que mover fichas y vigilar que nadie le pegue una patada al tablero. No es en Canadá ni en Escocia donde se tienen que mirar, sino en la ex Yugoslavia. Y pensar que el resto de España no es Serbia. De momento, ya han conseguido que la mayoría de la población se ponga en su contra y que se despierte el otro nacionalismo, el españolista. El que llama fascista al disidente es que es un ignorante. Y que viajen a Turquía para saber lo que es represión: con decenas de miles de detenidos y destituidos. Con dirigentes y activistas de Amnistía Internacional y de otros grupos defensores de los derechos humanos encarcelados. Y menos soberbia y egolatría. Que parece mentira que quieran llevarnos en el siglo XXI a otra guerra carlista. Quizás por eso dice García-Trevijano que el artículo 155 no sirve para nada, que la única solución está en el 116, la declaración del estado de sitio y los tribunales militares… ¡Terrible! Esperemos que dentro de un año no nos parezca benévolo. Porque “la pudriella” va a más y más.

El pueblo trabajador, doliente y sufriente, y lo que de decente quede en la clase política y en la intelectualidad, tienen que impulsar una docena de medidas en España. Hay que iniciar una campaña misionera y tenaz para desterrar la corrupción de todos los campos de la vida y lograr que renazca la honradez. Hay que acabar con la discriminación entre las regiones de España. Todo el mundo tiene que tener derecho a un trabajo y a vivir de su trabajo (que sí se puede). El castellano será la lengua oficial de toda España (y cada uno que hable como le pete: “Kbuñs”, “Puau”, “Sisón”...). La sanidad y la enseñanza serán las mismas en todas partes. Hay que poner fin a la desastrosa partitocracia de la corrupción e implantar la democracia: elección directa del concejal, del alcalde, del diputado, del presidente autonómico y del de la nación... Entrar con la máquina de desbrozar en la legislación y arbitrar medidas para meter en cintura a la justicia, los medios de comunicación, la medicina y los laboratorios farmacéuticos, la banca, las eléctricas, las gasistas y petroleras... Para poner fin al abuso, la estafa y el caradurismo generalizados. Legislación laboral única para todos los trabajadores, funcionarios incluidos. Y lo mismo que vale para España, vale para Europa. Hay que democratizar la UE y barrer toda esa morralla que la parasita y paraliza, y que nos cuesta un Potosí. A fin de cuentas, los estados europeos no dejan de ser comunidades autónomas del supraestado que es la UE. Todos los europeos tienen que tener los mismos derechos, obligaciones y retribuciones, las mismas condiciones de vida (¡y también se puede!).

No hablo de acabar con el capitalismo. Estamos en el siglo segundo de la era marxiana y el capitalismo se destruirá a sí mismo, como estuvo ya a punto de ocurrir hace diez años. ¡Qué lástima da ver que mientras unos con una “mochilina” caminaban en sentido contrario al del pueblo, han tenido que ser Vargas Llosa y Borrell los que en la plaza pública pronunciaran las palabras ya históricas que el pueblo estaba esperando oír! Y, mientras miramos cómo apilan leña en la hoguera catalana, arden los montes por falta de limpieza, de vigilancia y de bomberos, sin que se plante un árbol, en un país con millones de parados. Los no tan jóvenes “doctores” en ciencias políticas deberían de saber que del “sorpasso” al grupo mixto hay un paso y que todas las banderas son “made in China”. “Refugees welcomed, españoles go home”. No futis!