Primera República|Entre Repúblicas|Segunda República|Crítica Republicana a la II República |Contacta
|Dictadura franquista|

Entre Repúblicas

¡Qué niño es don Benito!

En 1910, Javier Bueno publicaba en El Radical, de Lerroux
una columna diaria llamada "Palabras de un salvaje"

.


¡Qué niño es don Benito!

Por Javier Bueno.

 

Don Benito Pérez Galdós es un niño de sesenta y nueve años. En un momento se enfurece por una nimiedad, pero poco después se calma y es la misma bondad en persona.

En ese instante de enfurecimiento, don Benito dijo que rara vez se tropieza con republicanos sinceros, que en el partido republicano hay más caciquillos que en ningún otro, que nadie quiere la revolución, porque a todos les va muy bien en el machito y que estaba asqueado y se iba con Pablo Iglesias. “El y su partido –añadió- son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en España.”

Yo estoy seguro de que a estas horas don Benito no piensa lo mismo que cuando esto dijo. Hoy ya es diputado por ese mismo partido en cuyos impulsos revolucionarios no creía.

Alguien se alarmará de que yo reconvenga a don Benito, pero a mí la opinión que merezcan mis artículos no me preocupa.

Don Benito no cree que los republicanos quieran la revolución, y en cambio cree que Pablo Iglesias y los suyos son terribles revolucionarios. Sin duda, don Benito no se acuerda de aquellas palabras de Iglesias cuando decía:
-Nosotros somos partidarios de la legalidad. Dentro de la legalidad conseguiremos mejoras para el proletariado.

Iglesias era un revolucionario que lo esperaba todo de las leyes, y pregonaba que el partido socialista no había sido atendido nunca, más que por el Sr. Maura.

Esto será muy serio, como afirma don Benito, pero convengamos en que no es muy revolucionario. Los revolucionarios, creo yo, importa poco que sean serios, lo que es indispensable es que no confíen en las leyes ni en el Sr. Maura.

El partido socialista, mientras estuvo solo, no hizo temblar a los burgueses. Todos sus actos revolucionarios se limitaban a la manifestación del 1º de mayo. Ese día, todos los socialistas paseaban muy de mañana por la calle de Alcalá, guardando el mayor orden y en profundo silencio. Silencio para no despertar a los burgueses que dormían tranquilamente, y muy de mañana para no estorbar al burgués cuando fuese a las once a tomar el vermut.

Yo no creo, aunque don Benito lo afirme, que Pablo Iglesias sea más revolucionario que D. Tomás Romero. La seriedad y el respeto a las leyes serán cosas admirables, pero nunca hicieron temblar a la burguesía.