El primer congreso obrero de Gijón (I)
Convocado por la Federación Gijonesa
de Sociedades de Resistencia "Solidaridad Obrera",
el domingo 2 de Abril de 1916, a las once, comenzaban
en Gijón las sesiones del primer Congreso Obrero
local en el Centro Obrero de la calle Cabrales,
nº 88. Las Sociedades y delegados eran las siguientes:
Por "El Progreso", Ceferino Valdés
y Juan Díaz; por "la Fusión",
Francisco Piñera y Eduardo Escotet; por "La
Federal", Florencio Entrialgo y Luis González;
por "La Primera", Pedro Sierra; por "El
Fieltro", Miguel Castejón y Victoriano Pérez;
por "La Unión Marítima", José
Machargo y Valentín Uría; por "El
Modelo", Julián Naranjo y Aurelio Alonso;
por "La Unión Obrera", José
Vega y Elisardo Puente; por "La Cosmopolita";
Leoncio Fernández y Aurelio Blanco; por "S.G.S.
de Ferroviarios del Norte", Tirso Garrachón
y Baldomero García; por "La Cantábrica",
Andrés Fernández y Eduardo Díaz;
por "La Nueva Metalúrgica", Leoncio
García y Miguel Ciurana; por "La Minerva",
Ramón Martínez y Luis F. Arribas; por
"Senefelder", Robustiano Viña y José
Gómez; por "La Fraternal", Eleuterio
Quintanilla y Arsenio G. de Arriba; por "La Constructiva",
Jesús Carril y Constantino González; por
"La Textil", Manuel Riestra y Prudencio Tuñón;
por "Luz y Fuerza", José López
y Joaquín Piquero; por "La Unión
Asturiana", Félix Fierro y José A.
Marqués; por "La Independencia", Ángel
Gil y Paulino Fernández; por "La Fraternidad",
Laureano Pérez y Casimiro González. A
la sociedad "El Reflejo" no le fue posible
enviar representantes.
El Congreso Obrero se prolongó durante
diez días, en sesiones de ocho a once de la noche,
pues entonces no había ni liberados ni horas
sindicales y la jornada laboral no bajaba de las diez
horas diarias. Las sesiones comenzaban con
la lectura y aprobación del acta anterior y finalizaban
con la elección del presidente y secretarios
para la siguiente sesión. Todos los temas a tratar
se agruparon en seis ponencias y se designaron los delegados
para su elaboración. Durante el Congreso
destacaron por su clarividencia Eleuterio Quintanilla,
Pedro Sierra y Ramón Martínez.
El Congreso acordó establecer una cuota
mínima de 25 céntimos para los oficiales
y de 15 céntimos para los aprendices y los que
perciban un jornal inferior a las dos pesetas.
Se aprobó que las sociedades adheridas al Comité
Pro-Presos cotizasen 5 céntimos por asociado
y que el socorro a los presos fuera de tres pesetas
diarias. Por unanimidad se acordó adquirir una
imprenta, para lo que se emitirían 30.000 pesetas
en acciones de una, dos, cinco y venticinco pesetas.
Sobre la jornada laboral, se encargó
a la Federación que hiciera campaña para
organizar a los que trabajan más de diez horas
a fin de que esa fuera la jornada máxima para
todos. Se debatió el problema de los
reconocimientos médicos, que se dejó al
arbitrio de las sociedades por ser un problema nacional,
proponiéndose la creación de una oficina
jurídico-consultiva que se ocupase de las reclamaciones
por accidentes de trabajo. Por 16 votos contra
9, se aprobó que las sociedades aportasen 5 céntimos
mensuales por afiliado para la creación de un
fondo de resistencia para socorrer con especies o en
metálico a los huelguistas necesitados, creándose
cuando hubiera capital suficiente una cocina comunista.
Se aprobó y se encargó a cuatro congresistas
la redacción de una ponencia con la propuesta
de unificación de los dos Centros obreros de
Gijón. Se crearon subsecciones para los trabajadores
de pueblos próximos. Sobre la propuesta de crear
una "Cooperativa de Producción y Consumo",
aunque la mayoría era partidiaria, se acordó
que una comisión estudiase y elaborase una propuesta
para el próximo Congreso. Por 14 votos contra
13, se aprobó rebajar de 25 a 15 céntimos
la cotización para la construcción de
la Casa del Pueblo a cambio de que las Sociedades recaudasen
más. Por unanimidad se aprobó que en vez
de dedicar la mitad del jornal del Primero de Mayo para
la Casa del Pueblo, se adquiriese semanalmente un cupón
de 10 céntimos. Se aprobó la edición
de un periódico semanal y se recordó que
"Solidaridad Obrera", en su primera época,
vendía dos mil ejemplares; se estima
en 1.500 pesetas el dinero necesario para afrontar el
lanzamiento del periódico y se acordó
crear una plaza de Director-administrador con un salario
de 30 pesetas semanales. Se aceptó ir
a la creación de una Mutualidad que proporcionase
médico, medicinas y algún socorro a los
afiliados. Se acordó que el proletariado
gijonés cooperase a la obra de fusionar a todas
las fuerzas proletarias del país y que representantes
de las Sociedades acudiesen a la asamblea nacional convocada
por la Federación Ferroviaria para llegar a la
fusión de la UGT y la CNT. El Congreso acordó
apoyar todas las acciones contra los amarillos. Se
aceptó la creación de una Sociedad de
Inquilinos y Consumidores que se enfrentase a los abusos
de los caseros, el incumplimiento de las ordenanzas
municipales y de higiene, y vigilase la fidelidad del
peso y pureza de los artículos en los comercios.
Se creó una Escuela para la formación
sindical de presidentes, secretarios y tesoreros. El
Congreso acordó dirigirse a la Federación
Solidaridad Obrera para la implantación de una
Liga antitabaquista, antialcohólica y antisensualista,
así como la creación de una biblioteca.
Quedó para el próximo Congreso,
por imposibilidad económica, la propuesta de
crear una escuela racionalista para los hijos de los
asociados; mientras, se seguiría apoyando la
Escuela Neutra existente en Gijón.
Se aprobó por unanimidad la propuesta de Eleuterio
Quintanilla de dirigir sendos telegramas a UGT y CNT
pidiendo su unificación para obligar al Gobierno
a controlar a "los agiotistas y acaparadores"
y acabar con el encarecimiento de las subsistencias.
Los acuerdos de este primer Congreso Obrero gijonés
se entregarían por escrito a todos los afiliados
y las Sociedades dispondrían de dos meses para
dar su consentimiento o no a los acuerdos del Congreso.
También se estableció la celebración
de un congreso todos los años a primeros de Abril.