Sobre
Cristino García (I).
Por
Gregorio Morán.
Miseria y grandeza del PCE (1939-1985).
Detenido
Monzón y liquidado su representante en Cataluña
y responsable de Organización, Pere Canals, aún
quedan tres hombres en el interior. Arriolabengoa, que será
detenido en el verano de 1945, y dos tipos que sobreviven
buscados por los dos bandos; la dirección del partido
y la policía: Gabriel León Trilla y Alberto
Pérez Ayala. Ninguno de los dos está dispuesto
a ir a Francia.
Trilla ha roto todos los contactos con el partido
del interior cuando llega a Madrid el enviado de Toulouse,
Antonio Núñez Balsera, con una orden perentoria
que transmite a Cristino García: liquidar físicamente
a quienes no estén dispuestos a marchar a Francia.
Deben hacerlo antes de que caigan en manos de la policía.
A
Gabriel León Trilla le localizará su secretaria,
Esperanza Serrano, hija del abogado, autor teatral
y concejal madrileño por Izquierda Republicana, Serrano
Batanero, fusilado por Franco en 1940. Después
de tenderle una celada en el Campo de las Calaveras hicieron
honor al lugar y le apuñalaron. La operación
la dirigió Olmedo, más conocido por "El
Gitano", quien ideó lo de matarle con arma blanca,
quitarle la documentación y todo lo que llevaba encima,
para dar al crimen un aspecto de robo, lío de faldas
o de maricones. Fue el 6 de septiembre de 1945.
Tuvo buen criterio el tal Olmedo, porque la policía
no sabrá de la muerte de Trilla hasta que inicie
los interrogatorios al grupo de Cristino García.
De
Alberto Pérez Ayala se sabe muy poco; incluso
la policía sospecha que se trataba de un nombre falso.
Fue responsable de contactos políticos en la Junta
Suprema y utilizaba el seudónimo de "César";
era bajo y rubio. Datos muy genéricos pero que coinciden
con los de otro militante asesinado en Madrid, y nunca citado,
Enrique Cantos. Enrique procedía del maquis de Carcasonne
al igual que su ejecutor Olmedo. La fecha de su muerte,
en Madrid, coincide también con la del supuesto,
anónimo y desconocido Alberto Pérez Ayala;
primeros días de octubre de 1945.
Tampoco
se sabe mucho del experto en liquidaciones, el killer de
la organización madrileña. Se apellidaba
Olmedo, y en Madrid se le conocía por "El Gitano",
mientras que en Francia le llamaban "Madriles".
Era pariente del futbolista del Real Madrid de igual apellido
y tenía una fisonomía de hombre sañudo
y mal encarado. El primer crimen que de él se tiene
noticia fue la muerte del cenetista Luis García,
en octubre del 44, en Francia. En España y antes
de que se incorporara al grupo de Cristino García,
participó en la sierra madrileña con la partida
de Lucas Regilón. Le detendrá la policía
años más tarde en una “agrupación"
que dirigía, en el Sur, Manuel Prado. Será
ejecutado en Madrid. Cuentan quienes convivieron con él
en la prisión de Ocaña y en Alcalá,
que no era hombre de trato fácil y que el Partido
Comunista en la cárcel, que no se distinguía
lógicamente por su blandura, le separó de
la militancia.
Una
semana más tarde de la muerte de Alberto Pérez
Ayala empezó a ser desmantelada la organización
de Cristino García. Héroes y víctimas,
criminales y mártires se mezclaban en esta historia
compleja y sucia como la época que les tocaba vivir.
Lo cierto es que a mediados de octubre de 1945, aunque no
hubiera supervivientes que mandaran a Toulouse un telegrama
confirmando que las disensiones del interior se habían
eliminado a la brava, las pruebas irían llegando.
La dirección del partido podía estar
tranquila.