La
primera demanda presentada ante
la Magistratura de Trabajo
de Asturias.
El periodista ovetense L. Puente dirigió
el día 28 de Junio de 1938 al Magistrado de Trabajo
de Asturias un escrito de demanda por despido e impago de
salarios contra el periódico El Carbayón,
del que era director gerente José García San
Miguel y cuyo consejo de administración estaba presidido
por José María Fernández Ladreda, teniente
coronel de Artillería y Jefe de Industrias Militares.
El
periodista L. Puente había entrado a trabajar de
redactor en El Carbayón en 1929, desempeñando
ese puesto hasta los primeros días de la guerra,
cuando el director gerente dijo a todos los trabajadores
del periódico que no siguieran acudiendo al trabajo
pues no sabía si se continuaría publicando
el periódico. L. Puente se alistó como voluntario
en las fuerzas nacionalistas que defendían Oviedo
y permaneció en el ejército hasta el 30 de
Octubre de 1938. A pesar de tener su contrato de trabajo
en vigor, la empresa no le había abonado ningún
salario desde Agosto de 1936 y desconocía los motivos
de su posible despido o del cierre del periódico.
Ante
el Delegado Provincial de Trabajo los días veintitrés
de Julio y dos de Agosto el acto de conciliación,
que resultó negativo, arguyendo el representante
de la empresa, García San Miguel, que no se trataba
de un despido, sino de un cese de actividad por causa mayor
originada por la ausencia de los obreros de talleres, la
falta de energía eléctrica y, después
de Octubre de 1936, la imposibilidad de utilizar
el edificio del periódico, situado en la calle González
Besada, por estar expuesto al fuego de la artillería,
que terminó por destruirlo totalmente.
Admitida
la demanda por el magistrado Eusebio González Abascal,
se citó a las partes para el antejuicio y, a falta
de avenencia, el juicio el día ocho de Agosto a las
once horas. Tuvo que ser aplazado por enfermedad de José
María Fernández Ladreda, que designó
como abogado José Moutas Merás y como procurador
a Andrés Tamés Escobedo. Por su parte, el
periodista L. Puente nombró José Orche García
como su abogado.
El
veintitrés de Agosto se celebró el antejuicio,
sin avenencia, y a continuación el juicio, acumulándose
las demandas de salarios y despido. La parte demandante
aclaró que el salario mensual que recibía
era de 341,40 pesetas, que en Oviedo se publicaron
ininterrumpidamente los diarios Región y La Voz de
Asturias y recordó la orden de la Autoridad Militar
que obligaba a todos los ciudadanos a acudir a su puesto
de trabajo y a la patronal a abonar los salarios del personal
movilizado, por lo que pedía que se le reintegrase
a su puesto de trabajo en la redacción de El Carbayón
y se le abonasen 5.780 pesetas de salarios atrasados.
La
parte demandada insistió en su argumentación
de que el periódico no se había podido publicar
por causa de fuerza mayor relacionada directamente con la
guerra en curso. El juez declaró pertinente toda
la prueba y procedió a llamar a declarar a los testigos.
Uno de ellos afirmó que en Octubre de 1936
la empresa de El Carbayón cedió al diario
Región un calandria, necesaria para el funcionamiento
de dicho diario, pero también para El Carbayón
en el caso de que se quisiera editar. Otro de los testigos
declaró que la rotativa de El Carbayón había
sido prestada a La Voz de Asturias.
El
magistrado de Trabajo de Asturias, Eusebio González
Abascal, dictó sentencia el veinticinco de Agosto.
En ella condenó a la empresa El Carbayón al
pago de los salarios correspondientes al período
comprendido entre el primero de Septiembre de 1936 y el
veintiuno de Febrero de 1937 (fecha en la que el
edificio de El Carbayón fue destruido por la ofensiva
republicana, momento en que, según el juez, había
que entender como cesación justa del trabajo por
material imposibilidad de su reanudación), que ascienden
a 1.962,99 pesetas. “Adviertase a las partes
de su derecho a recurrir en casación por infracción
de Ley y plazo de diez días, para ante la Sala de
Cuestiones Sociales del Tribunal Supremo.”
También
debe de saberse que el periodista L. Puente había
comenzado a trabajar en el periódico La Nueva España
en Diciembre de 1937.