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Entre Repúblicas
El viaje a Rusia de un cenetista.


¡A Rusia!
(II)

Reunión de la dirección nacional de la CNT.


Por Jesús Ibáñez.

Adquiero en la estación un libro raro: “El Sindicalismo”, de Labriola…

Jesús Arenas, de La Coruña, pasa al lado mío a buscar asiento en otro lugar. El no me conoce. Y me propongo darle una espantadita…

Pronto llegaremos a Lérida. Arenas dormita, solo, en un compartimiento… Entro. Se alebresta… Doy las buenas noches, me siento enfrente, echándole una mirada dudosa, y saco mi libro… Arenas no quita el rabillo del ojo del título. Y yo me divierto, razonando con la mente de Arenas: “¡Este perro cochino es un policía! ¡Es la bofia! ¡No falla!... Si no… ¿Cómo iba, en tal situación, a ponerse a leer un libro de esos?... (Los de la Brigada Social pasan a cada momento, pidiendo documentos, como en una frontera).”

Arenas guarda silencio, pero está inquieto, aunque disimula para despistar… Y yo sigo haciéndome que leo, entregando más documentos a un policía sin levantar los ojos para mirarle.

Ahora, me toca razonar con la cabeza del agente: “Qué curioso es este señor. Se ve que le gusta enterarse de todo. Claro está: para combatir una doctrina, es necesario conocerla… Si no... ¿cómo iba, en tal situación, a ponerse a leer un libro de esos?...”

A distancia prudencial de la pistola de Arenas (¡me han dicho que tiene malas pulgas!), le voy "persiguiendo" por las calles retorcidas y oscuras de Lérida. De vez en cuando, se detiene y escruta la penumbra buscándome en los recodos...

Arenas desaparece por la puerta del Hotel X.... Dejo pasar unos minutos y me pongo frente a él a la mesa...
El camarero:
—¿Qué van a beber los señores?
Me adelanto:
—Yo, ”Priorato". Aquí, el señor, que es de La Coruña, bebe "Ribeiro”…
Noto que Arenas se está acordando mucho de mi madre... Y me vuelvo al camarero:
—¿Todavía no ha venido Maurín?
El camarero me vio la contraseña:
—¡Sí… Los espera mañana en el Centro…
Arenas soltó la carcajada y levantó la jarra del agua, tragándose un “¡cabronazo!”…


Un cuartucho en el foco de la revolución... En los alrededores, vigías. Preside Nin, Secretario accidental de la CNT. Informe somero. ¡Ni un céntimo en caja!... Todo se lo lleva la acción directa y el socorro a los presos, ¡Ni qué decir!

Nin, Maurín y Arlandis no hacen mella… Sus intervenciones irritan... Apoyados en los acuerdos del Congreso de la Comedía, peleamos Arenas y yo...
Yo razono con el cerebro del delegado de Cataluña que es el más intransigente en todo: "Cuando éste se expresa así, en nombre de Asturias... Porque este no es solamente de los que hablan y escriben. Dicen que es de los bragadillos…” El intransigente cede ante Asturias, Galicia y Aragón. Delegación a Rusia: Antonio de Santoña, Nin, Maurín y Arlandis. La CNT invitará a la FAI para que se elija un delegado en calidad de observador…

Camino de Zaragoza. Despistamos. ¡Somos gente de negocios! En el compartimiento, un sargento y una bella joven con maleta y violín... Discutimos de política. Estamos todos contra el terrorismo... La joven se destapa. Es hija de un oficial de la Guardia Civil. ¡Su papá sí que acabaría en un santiamén con los sindicalistas! ¡Cómo los deja, cuando los agarra! ¡Hay que recogerlos con una pala!... En mi cerebro, la idea del "castigo”:
-¡Arenas, diles a esos que nadie me moleste hasta Zaragoza! ¡A ésta me la llevo yo a la “piltra” por mala!...
Arenas sonríe desconfiado…

Ojos quietos en los ojos quietos. En mi cabeza, el KAMASUTRA y el ANANGARANGA: “Voz de kolila. Tu "kamalila" tiene el agradable perfume de la flor de loto negro... ¡Qué divino y prolongado espasmo!...”
El "lingam" entra, en forma de deseo, hasta las entrañas, a través de los ojos...
¡Cópula de horas, ininterrumpida, deliciosamente torturante, sin poder llegar al espasmo!...
Arenas corta la cópula:
-¡Estamos en Zaragoza, Toño! ¡Hay muchos “bofias” a la salida!…

Al día siguiente, en el café “AMBOS MUNDOS”:
-¿Qué tal? ¡Le habrás dado a la niña su “merecido”!
-Y ya puedes extenderle el carnet de militante de la CNT… ¡Palabra!