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Entre Repúblicas
Karl Liebknecht


Liebknecht, el primer héroe alemán.

Por José Nakens.

 


Karl Liebknecht, el jefe socialista y diputado alemán que fue condenado a cuatro años de prisión por lo que dijo en un discurso pronunciado en una plaza pública de Berlín, ha logrado, no se sabe cómo, que se publique una carta suya en los periódicos americanos.

En ella, y después de contestar al cargo de traición formulado contra él por la Corte Marcial Prusiana, afirma en oposición a la guerra y acusa al Gobierno alemán de engañar a las masas populares y de crueldad con sus enemigos y su propio pueblo.

Sus denuncias, condensadas, son estas:
“El Gobierno alemán es un instrumento para la opresión y explotación de las masas. Sirve únicamente los intereses de los cortesanos, los capitalistas y los imperialistas.
Es el más rudo exponente del poder en el mundo, el más poderoso factor de la raza para el dominio militar, y por esta razón uno de los principales instigadores de esta guerra.
Engañó a las masas, y aun al Reichstag, en los comienzos de la guerra, y ahora trata de mantener el error entre el pueblo, ocultando el ultimátum a Bélgica y censurando el telegrama del Zar de Julio de 1914, publicado en el libro blanco de Alemania.”

“El Gobierno, agrega, nos ha llevado a una guerra monstruosa, sin precedentes, como ha quedado plenamente demostrado con la invasión de Bélgica y el condado de Luxemburgo, los rudos ataques de zeppelines, la guerra de submarinos, la destrucción del Lusitania, los sistemas de expulsión y exterminio puestos en práctica en Bélgica, la utilización de los prisioneros como espías y traidores, principalmente entre los ucranianos, georgianos, polacos, irlandeses y mahometanos, y muy particularmente en las negociaciones entre sir Roger Casement y el vicesecretario Zimmermann, con el fin de equipar una «brigada irlandesa» de prisioneros ingleses y de obligar a convertirse en traidores a los civiles, internados bajo el concepto de la “necesidad no reconoce ley”.
Ha aumentado la miseria de las masas polacas al ocupar sus territorios; obstaculiza todas las reformas políticas y sociales; detiene las mejoras agrícolas y ha causado terribles desastres entre las masas del campo; no renuncia a la idea de conquista, lo cual es el principal escollo para las negociaciones de paz; ahoga la censura contra sus procedimientos y alimenta al público de mentiras.”

Después, Liebknecht declara que el grito de ¡Abajo el Gobierno!, que él lanzó en su discurso del 1° de Mayo, expresaba estas quejas, a fin de levantar a los trabajadores a su interés de clase contra los causantes de la guerra. A continuación, dice que “la actual guerra no es una guerra de defensa de una nación, ni a beneficio de las masas, y que no puede haber más que esta solución para la clase productora: aumentar su actividad contra el gobierno capitalista para terminar con la explotación y poner fin a la guerra. Para el socialista que considera que su patria es el mundo, ese es el principal deber, y éste el grito de lucha: ¡Abajo la guerra!”

“El proletariado mide únicamente la extremada concentración de la opresión política y explotación industrial y el asesinato de las clases productoras por los capitalistas e imperialistas.”

“Como socialista, termina, soy fundamentalmente opuesto a la guerra, al militarismo dominante, y sostengo la lucha contra ellos por ser mi deber, pues es un problema vital para las clases productoras de todos los países.”

¿Que por qué llamo el primer héroe alemán al leader socialista?
Porque se necesita más valor espiritual para condenar con la valentía que él lo ha hecho la guerra en Alemania, que el brutal y salvaje de que alardean todos sus cuerpos de Ejército reunidos.
Me descubro admirado ante ese alemán que merecía no serlo.