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Entre Repúblicas
Cuba y la guerra con los Estados Unidos (II)
                                                

Guerra con los Estados Unidos: telegramas cruzados
entre el almirante Cervera y el general Blanco (II).

Por Francisco Pi y Margall
y Francisco Pi y Arsuaga.


El Almirante Cervera al General en Jefe Blanco. Santiago de Cuba, 28 de Junio de 1898.- El General Linares me contesta que no es posible reembarcar mis fuerzas hasta llegada tropas de Manzanillo.

El General en Jefe Blanco al Almirante Cervera. Cuba, Habana, 28 de Junio de 1898.- Personal y reservado. Recibido telegrama V.E. anoche. Deseoso de mejorar todo posible situación Cuba, me ocupo con afán en remitirle raciones; si lo consigo podré enviarle más refuerzos, prolongando así defensa, quizá levantamiento sitio, salvación escuadra; de no conseguirlo, se impone, como Vuecencia comprende bien, que ésta abandone ese puerto, a pesar dificultades que reconozco. Mi resolución, por lo tanto, que desearé satisfaga a V.E., es la siguiente: La escuadra permanecerá ahí y sin apurarse ni precipitarse, puesto que aún tiene raciones, acechará la ocasión oportuna para salir, dirigiéndose a donde V.E. juzgue conveniente; pero en el caso de que los acontecimientos se agravaran, hasta el punto de creerse próxima la caída de Santiago de Cuba, la escuadra saldrá, resueltamente, lo mejor que pueda, confiando su destino al valor y pericia de V.E. y de los distinguidos jefes que la mandan, que, indudablemente, confirmarán con sus hechos la reputación de que gozan. Acuse recibo.

El Almirante Cervera al General en Jefe Blanco. Santiago de Cuba, 29 de Junio de 1898.- Recibido telegrama de V.E. Suplico repetición desde la palabra “agravaran” hasta el punto que le sigue, que está ininteligible. Todo lo demás se ejecutará en cuanto sea posible, porque la escasez de carbón lo dificulta. Estos buques necesitan doce horas para encender, y si están encendidos y listos para aprovechar cualquier ocasión, gasta cada uno 15 toneladas por día. Pero creo entender la síntesis de su orden. Si se puede aprovechar una ocasión favorable, hacerlo, y si no, a última hora salir, aun cuando sea segura la pérdida de la escuadra. También pueden venir dificultades de que se apoderen de la boca del puerto.

El General en Jefe Blanco al Ministro de Marina Auñón. Habana, 30 de Junio de 1898.- De acuerdo con lo prevenido por V.E. en telegrama de 24 del corriente, he dictado al Almirante Cervera las instrucciones siguientes: “La escuadra podrá permanecer ahí, sin apurarse ni precipitarse, puesto que aún tiene raciones, acechará la ocasión oportuna para salir, dirigiéndose a donde V.E. juzgue conveniente; pero, en el caso de que los acontecimientos se agravasen, hasta el punto de creerse próxima la caída de Santiago de Cuba, la escuadra saldrá resuelta, lo mejor que pueda, confiando su destino al valor y pericia de V.E. y de los distinguidos jefes que la mandan, que, indudablemente, confirmarán con sus hechos la reputación de que gozan.” Lo digo a V.E. para su debido conocimiento, rogándole me manifieste si las antedichas merecen aprobación Gobierno.

El Ministro Auñón al Comandante General Apostadero, Manterola. Madrid, 1 de Julio de 1898.- Transmita a General en Jefe que Gobierno aprueba sus instrucciones a Almirante Cervera.

El Almirante Cervera al General en Jefe Blanco. Santiago de Cuba, 1 de Julio de 1898.- Como continuación a mi cable de ayer, pongo en conocimiento de Vuecencia que el general Linares me contesta que, como se trata de plaza abierta con sólo movimientos de tierra y alambrada, no es posible determinar el momento de avisarme por correrse el riesgo de que potente columna rompa la línea ocupada por tener desplegadas todas sus escasas fuerzas, sin reservas para acudir a los puestos más avanzados; que, sin embargo, me tendrá al corriente del curso del combate, por más que si fuera desfavorable, aquellos momentos no son los más a propósito para efectuar el reembarque de mis fuerzas. Como sin ellas no pueden salir estos buques, a los que espera tan rudo combate a la salida, que en mi juicio serán destruidos o apresados, como tengo expresado a V.E., pudiera llegar el caso de no poder cumplimentar sus órdenes, lo pongo en su conocimiento, suplicándole instrucciones.