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Estados Unidos: Los camioneros pisan el freno.

Por Bárbara Ehrenreich
Publicado en The Nation el 7-4-08

 

 

Hasta principios de este mes, los estadounidenses parecían no tener nada que decir acerca de su ruina económica en curso, excepto, "¡Golpéeme! ¡Por favor, golpéeme de nuevo!" Usted puede quitarme mi casa, pero déjeme cortar el césped una vez más antes de que me la embargue. Quédese con mi trabajo y me largaré a alguna parte en que no me vean. Ah, y también puede quitarme mi seguro de salud, que siempre puedo recurrir a las aspirinas.

Luego, el 1 de abril, en una ola de desafíos, los camioneros comenzaron a organizar la forma de acción más fuerte que pueden tomar: la inacción. Frente a los 4 dólares por galón de combustible diesel (116pts./litro frente a las 182pts./litro en España), empezaron a circular despacio, se detuvieron y empezaron a tocar la bocina. En el New Jersey Turnpike, un convoy de camiones que se extiende "hasta donde alcanza la vista", según un portavoz, obligó a circular de 20 millas por hora.

En las afueras de Chicago, condujeron lentamente durante tres días, produciendo atascos y sufriendo detenciones. Atascaron el tráfico en Harrisburg, Pensilvania, y en el Puerto de Tampa, donde cincuenta camioneros participaron en una sentada de protesta. Cerca de Buffalo, un chófer dijo a la prensa que se había tomado la semana libre "para orar por la economía."

Los camioneros que organizaron las protestas – utilizando CB radio e Internet - tienen un objetivo específico: reducir el precio del combustible diesel. Son propietarios-operadores, lo que significa que también son empresarios, y que no pueden soportar los actuales costos de combustible. Quieren que el gobierno libere sus reservas de combustible y que se haga una investigación sobre los beneficios de las empresas petroleras y los subsidios del gobierno a esas empresas. De los conductores con los que hablé, todos eran muy conscientes de que el gobierno había encontrado, en el transcurso de un fin de semana, 30 millones de dólares para sacar de apuros a Bear Stearns, mientras que sus propias empresas se encuentran en caída libre.

Pero las protestas de los camioneros tienen ramificaciones mucho más allá de la difícil situación de los autopatronos; en primer lugar, porque el transporte por carretera es un negocio marginal. Se lo puede uno imaginar, aquí en la blogosfera, donde todo lo importante viaja a la velocidad de píxeles que saltan de los satélites, pero el 70 por ciento de los bienes de la nación – desde los cereales del desayuno a las barras de labios – se mueven por camión. Hemos sido capaces de sobrevivir a una huelga de escritores, pero una huelga de camiones afectaría mucho más que sus opciones de visualización. Como Donald Hayden, un camionero de Maine, me dijo: "Si todos los camioneros deciden cerrar, este país se viene abajo, sin que se pueda hacer nada al respecto."

Más importante aún, los camioneros activistas saben que su protesta es parte de un esfuerzo mayor para "recuperar América", como uno de ellos me contó. "Seguimos sosteniendo no se trata solamente de nosotros", JB - que utiliza su CB radio para defender el uso del "Jake Brake", (sistema especial de frenado motor de grandes camiones prohibido por ruidoso en zonas residenciales)- me dijo en una parada de descanso en el Estado de Virginia en su camino a Florida. "Se trata de que todo el mundo - los dueños de casas, los trabajadores de la construcción, las personas mayores que no pueden pagar sus cuentas de calefacción ... Esta no es sólo cosa de los camioneros, sino de la gente." Hayden menciona a sus padres, de ochenta y uno y setenta y seis años, que ha luchado contra el invierno de Maine con un ingreso fijo. El chófer con base en Missouri, Dan Little, ve como las tiendas cierran en su pequeña ciudad de Carrollton. "Somos estadounidenses", me dice, "Nosotros construimos este país, y estaré perdido si tengo que conformarme con lo que hay".

Al menos una de las tácticas de los camioneros puede ser traducible a la crisis hipotecaria. El 29 de marzo, Hayden devolvió tres camiones a la Daimler-Chrysler -y lo hizo públicamente, con estilo, delante de la Statehouse de Augusta. "La devolución al vendedor es algo en que la gente no suele reparar" dice, y quería que el parlamento del estado tomase nota. Cuando cogió las llaves, el representante de Daimler-Chrysler dijo, según Hayden, "no veo por qué usted no puede hacer los pagos." A lo que Hayden respondió, "Mira, tengo que pagar por el combustible y por los alimentos, y he comido demasiadas comidas en mi vida para sacar esto adelante."

Supongamos que los dueños de casas empezasen a convertir sus embargos en eventos públicos, invitando a los vecinos y a la prensa, y grabando en video a los niños sentados desconsoladamente en las escaleras y los muebles depositados sobre el césped. Tal vez, con un bonito toque dramático, sirva para mostrar a los vecinos lo que son los banqueros, a los que les llevan sus billetes de dólar y monedas, sin que a esos banqueros nunca les parezca suficiente.

Pero el mensaje más grande de la protesta de los transportistas es sobre el orgullo o, más humildemente, sobre el respeto a sí mismo, que estos hombres tienen desde sus raíces. Dan Little me dice, "Mi abuelo decía, y fue el hombre más inteligente que conocí, si uno no se sostiene por sí mismo, nadie te va a ayudar a hacerlo". Al visitar TheAmericanDriver.com, dirigida por JB y su hermano en Texas, donde uno es recibido por una gigantesca bandera norteamericana, y encontrará, entre consejos de conducción, información meteorológica y fotos de los conductores favoritos, toda la Constitución y la Declaración de la Independencia. "La última vez que nos enfrentamos a algo tan impactante sobre nosotros", dice JB , "era una revolución".

Las acciones de la primera semana de abril son sólo el comienzo. Se habla de una protesta en Indiana el 18 de abril, otra en la ciudad de Nueva York, y una convergencia gigante de camiones en Washington DC el 28 de abril. ¿Quién sabe lo que sumaran entre todos? Ya, de acuerdo con JB, algunas de las grandes empresas de transportes amenazan con despedir a cualquiera de sus empleados que se unan a la protesta de los camioneros propietarios.

Pero por lo menos tenemos un claro ejemplo de desafío frente al asalto económico. Llega un punto, más tarde o más temprano, cuando uno deja de revolver por los cuatro lados y, al igual que JB y sus compañeros conductores de todo el país, finalmente uno se levanta.

Si desea ayudar a los camioneros de alguna manera, visite la web Truckers and citizens united.com
http://www.theamericandriver.com/files/TruckersAndCitizensUnited.html