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No se ha dicho nada del resultado del análisis físicoquímico de las aguas. Estimo que esta parte del vertido puede tener un mayor impacto sanitario y ecológico.

Contaminación litoral e irresponsabilidad política en Gijón

Por Ana I. Martín.

El día 26 de mayo, desde la madrugada, la lluvia fue especialmente intensa y persistente. Para evitar inundaciones, la red de saneamiento es común para las aguas pluviales y residuales, se abrieron tres aliviaderos en la desembocadura del Piles, pasando las aguas de la red de alcantarillado de la zona este al río. Como todos sabemos, este hecho trajo como consecuencia el que las aguas de la playa de San Lorenzo se tiñeran de marrón, con la aparición de residuos de diversa índole, incluso heces (según el testimonio de los surfistas), acompañados de un olor pestilente, a cloaca. Hacia las diez de la mañana de ese día, pude ver como de un registro situado a la altura de El Pisón manaba agua parduzca de hedor nauseabundo. En la zona se encontraba una dotación de la policía local y personal de la EMA.

A partir de aquí, nuestra alcaldesa y el concejal de Seguridad Ciudadana trataron torpemente de negar y minimizar lo evidente. Según Aparicio, el olor a metano puede tener varios orígenes, no solo fecal. ¿Cómo?, el metano es inodoro, el hedor fecal responde a otros gases. Esta y otras perlas las hemos podido leer en la prensa local. La alcaldesa, una vez conocido el resultado del análisis microbiológico de las aguas de la playa, nos dice que el que no sean adecuadas para el baño no implica que haya riesgo para la salud, y que lo mismo da el valor arrojado una vez superado el apto. Alucinante, me recuerda cuando ante la aparición de tres ánades muertos en el Piles, en el verano de 2014, dijo que la causa era intoxicación alimenticia, cuando se trataba de las primeras muertes de aves acuáticas por botulismo. El brote afectó sobre todo a aves silvestres, pero también a las residentes del parque de Isabel La Católica. Pasividad municipal y del Principado como respuesta.

La presencia de E.coli en las muestras recogidas era muy superior al valor que se puede considerar aceptable. E.coli comprende un grupo de cepas bacterianas, algunas inocuas. Otras tienen potencial de causar enfermedades: problemas gastrointestinales, infecciones del tracto urinario, otitis, irritación en los ojos y la piel o afección en las vías respiratorias altas; por no hablar de la transmisión de otras enfermedades debidas a otros patógenos de los restos fecales. El hábitat natural de E.coli es el intestino humano y de otros animales de sangre caliente. Cabe suponer que las bacterias “viajaron” hasta la playa incluidas en las heces, dado que estas son su sustento y soporte. Eso sí, en el medio salino su supervivencia es corta.

En las aguas residuales no solo hay heces y orinas. Contienen un “cóctel” de sustancias químicas y biológicas, muchas de ellas tóxicas. Son: jabones, detergentes, productos de limpieza, restos de comida, aceites y grasas, microorganismos,.., es decir todo aquello que va a los desagües del hogar, incluidas compresas u otros sólidos que deben de tener otro destino. También contienen todo lo que recogen los desagües urbanos y rurales. Habría que añadir los residuos de la actividad industrial, si la hubiere. No se ha dicho nada del resultado del análisis físicoquímico de las aguas. Estimo que esta parte del vertido puede tener un mayor impacto sanitario y ecológico.

Nuestros munícipes recapitulan, en parte, y mejoran el protocolo ante situaciones similares. Si es un desastre sanitario y ecológico el vertido continuado al mar de las aguas residuales de la zona este, día a día, año a año, sin ningún tipo de tratamiento, a través del emisario de Peñarrubia. El nulo saneamiento de las aguas residuales de la zona este es un problema muy grave. Se está tratando al mar como un vertedero, dañando a la flora y fauna marinas, daño que repercute en nosotros mismos. En este aspecto también hace falta la concienciación ciudadana, ríos y mares no son contenedores.

Desde el Ayuntamiento también se debería prestar mayor atención al control de las aguas del río Piles y de las que llegan para abastecer los estanques de Isabel La Católica (todavía sin sanear) a través del Molino Viejo. No es descartable que puedan presentar vertidos ilegales. Tampoco es desdeñable el control de las fosas sépticas.

Es vergonzosa la demora en la construcción del pozo de tormentas de Hermanos Castro, que hará de pantalla para los residuos sólidos y es básico para que funcione el colector de Viesques. Igualmente el pozo de tormentas de El Arbeyal ya debería estar en funcionamiento. Lamentable, pero es más grave aún la inexistencia de una estación de depuración de las aguas residuales de la zona este. Qué flema arrogante la construcción de la depuradora actual al tiempo que se llevaba judicialmente la protesta vecinal por su ubicación. Ya terminada, encierra millones su ejecución, y está paralizada judicialmente desde abril de 2016. La Plantona se desmanteló y ni siquiera se puede hacer un saneamiento primario. ¿Hasta cuando? Además, la ciudad tiene otro grave problema que es la contaminación del aire que respiramos.

¿Qué hacen nuestros gobiernos local y regional? Pasividad e irresponsabilidad.