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Los enemigos del transporte público de viajeros


Por Julio A. Suárez


Los principales enemigos de las empresas públicas no son los del PP ni los del capitalismo salvaje. Los mayores enemigos de las empresas públicas son los incapaces y pésimos gestores que están al frente de las empresas públicas. Son todos esos que tienen el culo soldado a la poltrona y parecen disfrutar de un despacho oficial en propiedad.

Jueves día uno de Noviembre. Como en toda España, también en Gijón los ciudadanos cumplen con el rito de la visita a los cementerios. Por lo tanto, estamos hablando de un hecho absolutamente previsible: miles de desplazamientos a los cementerios.

Emtusa: Empresa Municipal de Transportes Urbanos de Gijón. Línea 25: Tremañes, Infanzón-La Olla. El autobús de esta línea que lleva al nuevo cementerio de Deva llegó a la parada de la calle Alvarez Garaya, en pleno centro de la ciudad, sobre las once de la mañana. Los viajeros subieron, pagaron y se encontraron con que todos los asientos estaban ocupados y más de la mitad del pasillo también lleno de gente de pie.

El autobús continuó su recorrido por las calles de la ciudad deteniéndose en las paradas. Nadie bajaba y aún subía más gente, hasta un momento en que el lleno era total y absoluto: viajeros hasta en los escalones de la puerta de entrada. El autobús continuó su ruta fuera del casco urbano.

La primera pregunta es: ¿permiten nuestras exigentes autoridades de tráfico que un autobús circule por carretera abarrotado de pasajeros y con más gente de pie que sentada? Si la respuesta es negativa, como fácilmente se puede suponer, entonces: ¿cómo se toleran actuaciones temerarias de ese tipo? Por desgracia, no se trata de un hecho puntual, sino de algo cotidiano, rutinario.

En una empresa normal, ya fuera pública o privada, de un país normal, habría habido una planificación previa que, previendo esta afluencia de viajeros, hubiera colocado más autobuses en estos recorridos. Además, el chófer, los inspectores y la propia empresa tienen que tener capacidad para, en un momento dado, aumentar rápidamente el número de autobuses, furgonetas o táxis para solucionar el problema satisfactoriamente para el viajero. Nunca es así y al cliente se le considera un sufridor.

Una vez más, EMTUSA ha demostrado que está dirigida por unos incapaces que desprecian los derechos del viajero. Están acostumbrados a tener a una clientela cautiva que no puede elegir otro medio de transporte por que carece de él. ¿Son esos directivos con los que el Ayuntamiento de Gijón dice querer potenciar el transporte público de viajeros en la ciudad? Imposible, porque esos sí que son los auténticos enemigos de la empresa pública.