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Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   


Decían que teniendo la “ley de la dependencia” concedida, con pagar el 75% de la pensión no se generaba ningún tipo de deuda
El ERA por la senda de Marea


Por Marcelino Laruelo.


Si viviéramos en un país normal y en un mundo normal, este asunto de miles de ancianos y sus familias estafados por el organismo autónomo ERA nunca se tendría que haber producido, y de producirse, hace muchos años que se tenía que haber solucionado. Pero en este país, los abominables que “la hacen”, están dispuestos a llegar a Estrasburgo o al más allá para no pagarla (ni reconocerlo).

“Silencio administrativo”, “inadmisibilidad”, recursos de tahúres, no del Misisipí, que se jugaban el tipo, sino del Nora. El asunto que llega ahora al juzgado de lo contencioso se parece al caso de “las preferentes”, pero en mucho peor. ¿Cómo es posible que a personas que todo el mundo veía que, por sus enfermedades, no se enteraban de la misa a la media se les hiciera firmar contrato alguno? Durante años y años, y en toda Asturias, los funcionarios aseguraban que teniendo la “ley de la dependencia” concedida, con pagar el 75% de la pensión no se generaba ningún tipo de deuda. ¿Por qué, entonces, años después del fallecimiento del anciano les presentaban a los herederos reclamaciones por vía ejecutiva de decenas de miles de euros? ¿Qué se hizo del dinero que les correspondía por la citada dependencia? ¿Por qué se negaron siempre a enviar las facturas mensuales con detalle de lo que se pagaba y lo que, supuestamente, se adeudaba?

Además, el ERA nunca ha justificado sus cuentas, ni ha tenido una auditoría externa, ni elaborado una memoria anual económica y de gestión. Las leyes dicen que el anciano “contribuirá al coste del servicio”. No se llevaba una contabilidad de costes, sino la del Gran Capitán y el despilfarro. Ya se verá en la comisión de investigación. El precio de la plaza en las residencias del ERA y concertadas lo subieron mofándose del IPC: de 615 euros en 2005 pasó a 1.200 en 2008. ¿Es eso legal? Inmoral, desde luego. Otra de las “bromas” del ERA es establecer la capacidad económica del anciano cada cuatro años: ¿Y si coincide que fue el año que le tocó el cupón? ¿Y si por el camino la mujer se marchó con un trompetista y se quedaron el piso? ¿Y si los cien mil euros que tenía en acciones del Popular pasaron a valer cero? La capacidad económica del anciano será la que cada año diga Hacienda. ¡Mira que es sencillo! “Y el que pudiendo hacer el bien, el mal escoge, del mal que le venga no se enoje”.