asturiasemanal.es
laboral ecología cultura opinión política etcétera
   
con tacto
   

Especulación con los combustibles: el litro de gas-oil subió
un once por ciento en un mes.

Por Carmelo de Samalea.

 

Hoy mismo, día 13 de junio, por la mañana, me acerqué a una de las gasolineras habituales, que es de las más baratas, con la luz de reserva encendida. No iba muy seguro de lo que me iba a encontrar, es decir, que hasta entraba dentro de lo posible que estuviera cerrada por falta de “género”, como dicen estos días las reporteras repipis de los telediarios. Pero también pudiera ser que estuviera atiborrada de coches y yo, la verdad, prefiero dejar el mío aparcado que aguantar colas. Pero no, nada, como otro día cualquiera, así que hice el lleno de cada mes.

Acaba de oír por la radio que el IPC había subido siete décimas en mayo y que la tasa interanual quedaba establecida en el 4,6%. No voy a ponerme a discutir ahora sobre los tejemanejes de la confección del Indice de Precios al Consumo y demás juegos malabares de los economistas. Pero si voy a contar lo que hice después de apoquinar la talegada por los 54 litros de gasoil: aparqué a un lado y me puse a comparar el ticket con el de hacía un mes.

El precio del litro de gasoil a primeros de mayo era de 1,125 euros y un mes después había subido a 1,349 euros; es decir, que se había encarecido 13,4 céntimos de euro que son, para entendernos, más de veintidós pesetas. Repito: un litro de gasoil subió más de 22 pesetas en un mes, lo que viene a significar un incremento del 11% mensual, no anual. Como en esta gasolinera hacían hoy una bonificación del 8% a los clientes del hiper, entonces el litro de gasoil quedó en 1,241 euros, pero seguía siendo un 11% más caro que el mes anterior.

¿Ha habido una guerra en el mundo o algún cataclismo y yo no me enterado? ¿Se congeló el petróleo en el subsuelo y dejó de manar en los pozos de los campos petrolíferos del mundo? No, nada de eso. ¿Permitiría el gobierno que el pollo se encareciera un 132% anual? ¡Ni hablar! Y eso que, para comer, hay muchas otras clases de carne, mientras que el coche solamente funciona con una clase de combustible. Entonces, todos aquellos que para trabajar utilizan una herramienta con un motor de gasoil, ¿cómo van a poder sobrevivir con una inflación de tres dígitos cuando el IPC, base de todos los cálculos, dicen que es del 4,6% anual?

Algo raro está ocurriendo con esta subida especulativa de los combustibles para que todos los gobiernos de los países occidentales estén tan tranquilos, como si no pasase nada. A mí me da la impresión de que, más allá de los grandes beneficios de las petroleras y de algunos países productores, más allá de la recaudación de impuestos, los que mandan en el mundo están jugando una partida de billar para meter a la bola roja en el agujero. No por roja, sino porque el éxito económico de esta bola lleva camino de eclipsar a las demás. Pero, claro, el riesgo está en que, en este juego de carambolas, no hay bola que no lleve su golpe y algunas igual no lo pueden aguantar y se resquebrajan.