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con tacto

La Internacional Gay/Lesbiana derrotada por
la Internacional Vaticana
(coña marinera).

Por Carmelo de Samalea

 

Una cosa es lo que se piensa; otra, lo que se dice, y otra, lo que se escribe. Así que cuando nos juntamos a tomar unas cervezas (sin autorización de Pere Navarro, ese Elliot Ness de chirigota), decimos muchas cosas, y yo el primero, que luego no pone por escrito ni dios.

En esta ocasión, se empezó a largar por lo del “caldito” en la nunciatura...; y, claro, ya saltó uno que por qué Zapatero nunca se fue a tomar un chacolí con Balta (Garzón), Juanjo (Ibarretxe) y Jonetxu (Goirizelaia) a una herriko taberna para rebajar tensión; y otro, que si con el “caldito” se habrían repartido obleas, y todo en este plan. Alguien habló del poderío de la Internacional Vaticana, y ahí fue cuando se nos ocurrió el titular. Así que como alumnos aplicados que fuimos, y somos, de la vieja escuela gacetilleril, estuvimos todos de acuerdo que nada podía estropearnos ese buen titular. Luego, echamos a suertes a quién le tocaba escribir el texto de relleno y me tocó a mí: ¡qué le vamos a hacer!

Así que, entrando en el tema, la Internacional Gay/Lesbiana no tiene ni nuncio ni nunciatura, aunque sí muchos obispos, que según uno de los aquí presentes, que pasó tres años en el seminario, dice que significa “inspeccionar”, según no se qué antecedentes etimológicos, no sé si griegos o latinos. Con obispos o sin ellos, la IGL dispone de muchos púlpitos mediáticos, muchas influencias y muchas agarraderas desde las que hacer sentir sus ideas en la sociedad; establecen normas de conducta, modas de vestir, formas de hablar y hasta tienen asignada cuota; de modo que, inevitablemente, acaban por influir en el gobierno.

Pero el gobierno, por otra parte, lo que quiere por encima de todo es gobernar, seguir en el machito, en el sillón de sus entretelas. Y en el gobierno (incluido el director general de Tráfico), aunque parezca lo contrario, no hay ningún tonto y sí mucho espabilado. Los más próximos a ZP le debieron de dejar las cosas claras con una sola pregunta: ¿A cuántos miles de ciudadanos ha movilizado la IGL estas navidades y a cuántos la IV?

Tienen razón los asesores de ZP: los de la IGL, no se sabe si porque se han acomodado o si porque son ya todos funcionarios o asimilados, el caso es que ya no se movilizan en la calle ni el día del orgullo gay. Vacío el armario, vuelve a mandar el confesonario. Además, esos avispados asesores de ZP le habrán recordado un viejo consejo: ¡no te metas en líos de faldas! Así que no es probable que haya “caldito” de ZP con Boris, al que, en eso estamos todos los de la banda de acuerdo, vemos como el mejor nuncio posible de la IGL y a la altura de nuestro monseñor.

Entre tormenta y tormenta de ideas, yendo de un think tank a otro, las cabezas pensantes de La Moncloa estarán maquinando cómo sacar ventajas de una situación desastrosa. Los más osados hablan ya de proponer una alianza de internacionales apoyándose en todo lo que las une y relegando lo que las separa. Se trabaja discretamente en acercar posturas, limar aristas, apartar obstáculos y llevar la paz y la concordia a todos los que tengan buena voluntad. ¿Es que vamos a volver a las andadas, llevar al país al borde de la tragedia por unas decenas de huerfanitos?, se preguntan y preguntan.

El gobierno busca con sumo interés soluciones de compromiso. Se trabaja con un horizonte de medio plazo. Y entonces, si ZP sigue en La Moncloa, verán los incrédulos cómo los dos nuncios acuden juntos a tomar un caldito en La Moncloa. Todos los periódicos pondrán en su portada la foto de los tres poderes estrechándose fraternalmente la mano, saldrá en todos los telediarios, pues, como me recuerda el ex seminarista que dice el refrán, “dando gracias por agravios, negocian hombres sabios”.