asturiasemanal.es
laboral ecología cultura opinión política etcétera
  inicio
con tacto
   

¿Por qué mataron a Jaurès?

Por Michel Peyret.
l
egrandsoir.info



En el 150 aniversario de Jean Jaurès, nacido en Castres el 3 de septiembre de 1859, me hizo buscar su “Discurso a la juventud”, que pronunció el 30 de julio de 1903 en el instituto de Albi, donde había sido alumno y, luego, profesor.

Tengo siempre in mente sus duros altercados teóricos y políticos con Guesde, lo que no les impedía militar a partir de 1905 en el mismo partido, la SFIO, Sección Francesa de la Internacional Obrera, uno de cuyos fundadores había sido el yerno de Marx, Paul Lafargue…

EL CAPITALISMO LLEVA EN ÉL LA GUERRA
COMO LA NUBE LLEVA LA TORMENTA

Se conoce bien la lucha de Jaurès contra la guerra que se sentía venir.

La cita de arriba es en realidad una reformulación sacada de su discurso a la Cámara en 1895, en el cual declaró:

“Mientras que todos los pueblos y todos los gobiernos quieren la paz, a pesar de todos los congresos de la filantropía internacional, la guerra puede nacer siempre de una casualidad siempre posible…

“Siempre vuestra sociedad violenta y caótica, incluso cuando quiere la paz, incluso cuando está en aparente estado de calma, lleva en ella la guerra, como una nube durmiente lleva la tormenta.

“Señores, sólo hay un medio de suprimir la guerra entre los pueblos, y es suprimiendo la guerra económica, el desorden de la sociedad presente…

“Y es por eso por lo que si miráis, no a las intenciones que son siempre vanas, sino a la eficacia de los principios y a la realidad de las consecuencias, lógicamente, profundamente, el Partido Socialista es, en el mundo, hoy, el único partido de la paz. ”

LOS PROLETARIOS REFRACTARIOS A LA
BORRACHERA GUERRERA.

En su discurso de 1903 a la juventud de Albi, Jaurès atruena con el mismo llamamiento:

“Por fin, el común ideal que exalta y une a los proletarios de todos los países los vuelve más refractarios todos los días a la borrachera guerrera, a los odios y a las rivalidades de naciones y razas.

“Sí, igual que la historia dio la última palabra a la República, tan a menudo ridiculizada y pisoteada, así dará la última palabra a la paz…

“Yo no os digo: es una certeza absoluta. No hay certezas absolutas en la historia…

“La humanidad está maldita, si para demostrar valor se condena a matar eternamente.

“El valor, hoy, no es mantener sobre el mundo la oscura nube de la guerra, nube terrible, pero durmiente, en la que siempre se puede uno jactarse de que va a descargar sobre otros.

“El valor, es no dejar en manos de la fuerza la solución de los conflictos que la razón puede resolver: ya que el valor es la exaltación del hombre, y lo otro es la abdicación…”

¿Y no sería para impedir a Jaurès mantener este lenguaje pacífico hasta el final, y para permitir así a los partidos de la Segunda Internacional comprometerse mayoritariamente en el apoyo a sus burguesías respectivas por lo que Jaurès murió una primera vez?

¡Porque fue la carnicería de la Primera Guerra Mundial lo que siguió a su asesinato en las condiciones que sabemos!

¡UN GRAN PUEBLO QUE SE GOBIERNA ÉL MISMO!

La República es, para Jaurès, junto con al de la paz, un tema dominante.

Para él, la idea de un gran pueblo que se gobierna a sí mismo es tan noble que en las horas de dificultad y crisis la ofrecía a la conciencia de la nación:

“Una primera vez, en 1793, el pueblo de Francia escaló a esta cima, y al haber disfrutado de tan alto orgullo, siempre bajo el aparente olvido y la aparente indiferencia, subsistía la necesidad de reencontrarse con esa emoción extraordinaria.

“Lo que daba la fuerza invencible de la República, es que no aparecía solamente de período en período, en el desastre o el desarrollo de los otros regímenes, como el expediente necesario y la solución forzada. Era un consuelo y un orgullo. Ella sola tenía suficiente nobleza moral para dar a la nación la fuerza para olvidar los desengaños y los desastres. Esta es la razón por la que la República debía tener la última palabra…

“La República tiene razón porque está en la dirección de las alturas, y el hombre no puede elevarse sin subir hacia ella. La ley de la gravedad no actúa soberanamente sobre las sociedades humanas y no es en los lugares bajos donde encuentran su equilibrio.

“Los que, desde hace un siglo, han puesto muy arriba su ideal fueron justificados por la historia. ”

ORGANIZAR LA PROPIEDAD Y EL TRABAJO
SEGÚN EL PRINCIPIO REPUBLICANO

Por ello, el statu quo no puede ser un fin en sí mismo.

Para Jaurès, no puede ser solamente en las relaciones políticas de los hombres, sino también en sus relaciones económicas y sociales en las que hay que hacer entrar a la libertad verdadera, la igualdad, la justicia.

El proletariado en su conjunto comienza a afirmarlo: la libertad, la igualdad, la justicia, “es también el taller, es el trabajo, es la producción, es la propiedad lo que quiere organizar según el tipo republicano.

“A un sistema que divide y oprime, se propone substituirlo por una extensa cooperación social donde todos los trabajadores de todo tipo, trabajadores de la mano y trabajadores del cerebro, bajo la dirección de jefes libremente elegidos por ellos, administrarán la producción por fin organizada.”

EXIGIR GARANTÍAS

Jaurès no pide que le crean bajo palabra en cuanto a la aplicación de las propuestas que formula:

“En primer lugar, respecto a una idea audaz que hace tambalearse tantos intereses y costumbres, y que pretende hasta renovar el fondo mismo de la vida, vosotros tenéis derecho a ser exigentes. Tenéis derecho a pedirle que demuestre su validez, es decir, que establezca con precisión cómo se relaciona con toda la evolución política y social, y cómo puede insertarse.

“Tenéis derecho a preguntarle por qué serie de formas judiciales y económicas garantizará el paso del orden existente al nuevo orden.

“Tenéis derecho a exigir de ella que las primeras aplicaciones que pueden hacerse añadan vitalidad económica y moral a la nación.

“Y es necesario que pruebe, mostrándose capaz de defender lo que ya hay de noble y de bueno en el patrimonio humano, que no viene a derrocharlo, sino a aumentarlo.

“Tendría bien poca fe en sí misma si (la idea propuesta) no aceptara estas condiciones.”

LA PRUEBA DE LA VIDRIERA OBRERA DE ALBI

Y Jaurès continúa para sus oyentes:

“¡Y si estáis tentados a decir todavía que no hay que perder el tiempo en examinar o discutir ilusiones, mirad en uno cualquiera de vuestros suburbios!

“¡Qué de burlas, que de profecías siniestras sobre la obra que está ahí!

¡“Que lúgubres pronósticos se hacen contra los obreros que pretendían dirigirse a sí mismos, intentar en una gran industria la forma de la propiedad colectiva y la virtud de la libre disciplina!

“La obra, sin embargo, pervivió, creció: permite entrever lo que puede dar de sí la cooperación colectivista.

“Humilde brote desde luego, pero que certifica el trabajo de la savia, la lenta subida de las nuevas ideas, la potencia de la transformación de la vida.

“Nada es más engañoso que el viejo proverbio pesimista y reaccionario del Ecclésiastes desilusionador: no hay nada nuevo bajo el sol. ”

“El propio sol fue antaño una novedad.

“La historia humana no es más que un esfuerzo incesante de invención, y la perpetua evolución es una perpetua creación.”

La Vidriera Obrera de Albi se creó en 1896. Después de diversos cambios de estatutos, en un ambiente cada vez más hostil, finalmente fue adquirida por el grupo Saint-Gobain Embalaje en 1993.

¿La segunda muerte de Jaurès?

¡François Mitterrand, Presidente de la República!

Más info:
París, 1914: el asesinato de Jean Jaurés.
El último discurso de Jean Jaurés.
Jean Jaurés.Por León Trotsky