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Problemático futuro para la regasificadora
que se construye en El Musel.


Por
Julio A. Suárez.

 


La finalización de las obras del gasoducto submarino que une la población argelina de Beni Saf con la española de Almería ha venido a complicar aún más la ya de por sí bastante incierta rentabilidad de la planta regasificadora que se va a construir en el puerto gijonés de El Musel.

Este nuevo gasoducto de 220 kilómetros será explotado por la sociedad Medgaz y transportará directamente a España el gas natural de los campos argelinos, sin necesidad de pasar por territorio marroquí, como ocurre con el otro existente. Medgaz es un consorcio formado por la argelina Sonatrach (36%), las españolas Cepsa e Iberdrola (un 20% cada una), la italo-española Enel-Endesa (12%) y la francesa Gaz de France-Suez (12%).

Declarado de interés comunitario por la UE y considerado “prioritario” por el gobierno español, el gasoducto Medgaz transportará ocho mil millones de metros cúbicos de gas anuales y cuenta con posibilidades de expansión para duplicar su capacidad de transporte y llegar a los dieciséis mil millones. Las primeras pruebas se realizarán en Marzo de este año y su inauguración oficial está prevista para el mes de Junio.

Esta nueva infraestructura gasista propició que las autoridades españolas y francesas llegaran ya a un acuerdo este verano para duplicar la capacidad de transporte, en ambas direcciones, a partir del existente eje mediterráneo del gasoducto Cartagena-Beziers.

En un marco mundial de crisis económica e indefinición del modelo energético futuro, con la próxima entrada en funcionamiento de los nuevos gasoductos promovidos por el gigante ruso del gas, Gazprom, que traerán el gas directamente a Europa occidental sin pasar por países conflictivos o morosos, y la disminución del consumo de gas natural en España, un 17% durante el primer trimestre de 2009, a pesar de haber sido uno de los más fríos de los últimos veinte años. Según fuentes del Ministerio de Industria, el consumo anual (oct-08/oct-09) fue de 34.600 millones de metros cúbicos y un 10% de disminución.

Con este panorama real, habría que preguntarse en base a qué cálculos, previsiones y proyecciones se decidió abordar la construcción de la planta regasificadora de El Musel.

Desde un punto de vista racional y estrictamente económico, lo prudente y aconsejable sería no iniciar la construcción de la planta regasificadora de El Musel y proceder a revisar todos aquellos cálculos a la luz de la nueva situación económica y energética mundial.