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Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   

 

Incompetencia con lo salvaje, incompetencia con lo urbano
Nutrias y nutrios

Por Marcelino Laruelo.

 

 

Greta de Robaculeros y Sayanes era una cazadora tan buena que podría tener todas las paredes del salón decoradas con los trofeos, de pelo y pluma. Piezas cobradas durante su no tan larga vida. Pese a las nanas de Ravi Shankar y a ser educada en el pacifismo y la no violencia, Greta pertenecía a la nobleza foxterriera, de legendaria habilidad para la caza a colmillo. Muchos pasaron por su boca, unos pocos se sintieron Jonás.

En una ocasión, tomando un piscolabis en una terraza, cerca del Parque San Francisco, con disimulo perruno, se alejó un poco olfateando el suelo. Cuando me di cuenta, ya estaba zigzagueando con su trote ligero, nariz pegada al suelo y moviendo el rabo como un dedo que dice que no: que no te hago ni caso por mucho que me llames. Busqué en la lejanía, siguiendo el rumbo, y vi un pavo real luciendo cola: de ésta acabamos en la cárcel y salimos en los periódicos. ¡Gracias a la caseta de los jardineros! a la que, con aletazos de desesperación, logró subirse el pavo in extremis: al salvar él la vida, nos libró a nosotros de la acusación de magnicidio.

Los cisnes, ocas y demás volaille “no protegida”, que desde tiempo inmemorial habitaban en los estanques del Parque Isabel la Católica, han tenido que exiliarse a un bidonville en las afueras. Unas nutrias y nutrios, no se sabe bien cómo, tal vez víctimas, a su vez, de otro desahucio, han dado una patada a la verja y okupado los estanques. Las ocas, en esta ocasión, no lograron alertar a las autoridades. Estamos de suerte en Gijón, porque, imaginémonos que de uno de los circos que nos visitan se escapa una pareja de tigres de Bengala, especie súper protegida, y se refugian en el Parque...

Me preocupa mucho el bienestar de nutrias y nutrios. Después de todo, los ríos y lagos asturianos están tan llenos de cisnes como un vals. Las nutrias tienen una dieta de truchas y salmones, de ranas y anguilas... Lo deben de estar pasando muy mal en esas aguas que están como un bebedero de... En ese hábitat hostil y contaminado, con el Piles, que no dejan ni bañarse; el Peña Francia, que se seca con los sondeos de la EMA; el Aboño, el río más contaminado del Cantábrico; con el vocerío del Molinón; con el peligro de que les caiga un árbol encima, pues la “sociedad de amigos de la motosierra” anuncia nuevos trabajos de “mejora”… ¡No es ecosistema para nutrias y nutrios!

Tras un viaje épico, acuciadas por hambre, en un ambiente hostil, ¿a quién puede extrañar que tuvieran que ejercer el emprendimiento con una pequeña industria del paté y del confit de canard para subsistir?

No es plan. Sería mucho mejor para el bienestar de las gubernamentales nutrias que solicitaran el traslado al parque de San Francisco donde podrían ser atendidas y observadas mucho más de cerca y mejor por científicos y autoridades. Y contar en televisión cómo llegaron a Gijón, si por tierra o por avión.