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Obama enciende la ira de los Republicanos.


Por A. Mondragón
La Tribuna Hispana USA
tribunahispanausa.com



Después de su "baño izquierdista" en la Cumbre de las Américas, Barack Obama afronta una dura ofensiva interna de los republicanos y de los bastiones conservadores, encabezados por el ex vicepresidente Dick Cheney, que le acusan de "legitimar" a Chávez y de mostrarse como un "presidente débil" poniendo en riesgo la seguridad de EE.UU. Sin embargo, hay un mensaje oculto en los alaridos Republicanos.

¿Cómo interpretar el ataque Republicano?

En primera instancia, era de esperar que el ala extrema de los Republicanos reaccionara de esta forma contra el Presidente Obama --desde la cadena televisiva Fox News, por supuesto. Un poco de propaganda gratuita no les cae mal para mantener cautiva a su base conservadora y extremista, en un momento en que la Obamanía aún no se ha disipado.

Sin embargo, la reacción de los Republicanos, en particular la del ex vicepresidente Dick Cheney, hay que tomarla desde otra perspectiva más profunda. Cuando los Republicanos critican la actitud del Presidente al saludar cordialmente a los "enemigos" y decen que esto es un signo de "debilidad" que no hace "más seguro" a los Estados Unidos, la lectura de estas palabras hay que tomarlas en la dimensión de qué significa para el complejo de la industria militar y el gobierno secreto –las entidades de inteligencia oficiales y privadas encargadas de las operaciones encubiertas y de contrainsurgencia en el exterior, como lo detalla el libro The Secret Goverment, del conocido periodista Bill Moyers.

El temor de los Republicanos es que si a mediano plazo el gobierno de Obama logra estabilizar relaciones diplomáticas con la Venezuela de Chávez –el presidente más re-electo democráticamente en la historia reciente del Hemisferio– y acaba con el embargo económico impuesto a Cuba hace 47 años, el complejo de la industria militar y los servicios de inteligencia que dependen del Pentágono y la CIA, tendrían menos trabajo (se descartarían los planes para subvertir al gobierno venezolano, por ejemplo) y menos razón de ser como sucedió al final de la Guerra Fría, con la desaparición de la Unión Soviética en 1991 --en cuyo contexto no hay que olvidar que durante los años ochenta Centroamérica era vista por el gobierno de Reagan como el puerto de entrada del "Imperio del Mal" (la Unión Soviética), lo que dio como resultado las encarnizadas guerras civiles en la región, con el gobierno de EE.UU. apoyando a regímenes cívico-militares.

Una década después, tras el 11-S (del cual hay demasiadas dudas que no han sido aclaradas), el "Imperio del Mal" fue reemplazado por Osama Bin Laden y Al-Qaeda, una invención de la CIA en la década de los 1980s, lo cual ha mantenido engrasado el complejo de la industria militar y el gobierno secreto.

Entonces, las palabras de Cheney hay que tomarlas como las de un vocero del complejo de la industria militar y el gobierno secreto, pues él conoció muy bien este terreno en los ocho años que estuvo con el poder detrás del trono durante el gobierno de W. Bush. Y la advertencia es: Hay que tener a los "enemigos" a raya para mantener la "seguridad" del país, es decir para que el complejo de la industria militar y el gobierno secreto se mantengan intocables y continúen manipulando a los gobiernos extranjeros en los intereses de Estados Unidos.

Sin embargo, la ira de los Republicanos no tiene un asidero fuerte hoy en día. Que el presidente Obama haya sido cordial es una cosa, pero que vaya a realizar cambios más drásticos es muy difícil por ahora. En todo caso, una advertencia es una advertencia.


Para Claire McCaskill, miembro del subcomité de investigación del Senado, el Gobierno de Obama ha tomado la decisión correcta al no juzgar a los agentes implicados en las torturas, pero consideró que la persona de la oficina del fiscal general que redactó los memorandos para indicar a la CIA las técnicas que podía o no utilizar no debería ocupar ningún cargo federal.

Barack Obama, pidió el lunes a la CIA que defienda los valores e ideales estadounidenses en el cumplimiento de su misión en momentos en que la agencia es objeto de críticas por haber practicado la tortura.

"Entiendo que es difícil que se les pida que protejan al pueblo estadounidense contra gente que no tiene escrúpulos y que mataría con gusto a inocentes", dijo Obama durante un discurso en la sede central de la agencia de inteligencia en Langley (Virginia).

El ex director de la CIA Michael Hayden, que estuvo al frente de la agencia durante la presidencia de George W. Bush, dijo que el personal igualmente será vulnerable a investigaciones del Congreso y demandas civiles por parte de las víctimas.

"Más cosas saldrán a la luz. Se abrirán más comisiones. Habrá más investigaciones", dijo el ex director a la cadena Fox News el domingo.

"Y esto ocurrirá a una agencia... que está en guerra. Que está en la línea de fuego, defendiendo a EEUU", agregó.