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El litro de gasoil a un euro Por Julio A. Suárez
A la gente corriente, siempre nos engañan. Nos llevan y nos traen a donde quieren y cuando quieren. Hace unos pocos años, el litro de gasolina costaba el doble que el de gasoil y los fabricantes de automóviles se lanzaron a una campaña de promoción del motor diesel. Y ahora que todos tenemos ya un coche diesel, entonces las petroleras y el gobierno, ponen el precio del gasoil prácticamente igual que el de la gasolina. En su origen, los motores diesel que inventó el ingeniero alemán, nacido en París, Rudolf Diesel estaban destinados a aquellos sectores como el agrícola y el industrial que precisan de bajos costes y que, además, se podrían beneficiar de la posibilidad de utilizar combustibles no derivados del petróleo. De eso llegamos a algo así como “gasolina para los ricos y gasóleo para los pobres”; y ahora estamos en que el “gasóleo” de los pobres cuesta tanto como la gasolina de los “ricos”. Llevan años engañándonos,
dándonos el timo y ya el personal lo acepta con la naturalidad
de lo cotidiano y lo inevitable: Que el emir de Cuatro Oasis riñe
con su tercera esposa: sube el petróleo; que la fuerte marejada
en el Mar del Norte daña una plataforma: sube el petróleo;
que la policía se enfrenta a los manifestantes en Nigeria: sube
el petróleo; que se reúne la OPEP: sube el petróleo;
que los chinos de la China se pasan de la bicicleta al ciclomotor: sube
el petróleo; que Putin manda que despeguen los bombarderos estratégicos:
sube el petróleo; por no hablar de guerras y grandes cataclismos.
Los supremos estafadores que gobiernan el mundo casi han conseguido hacernos
tragar que las grandes compañías petroleras, incluidas las
españolas Repsol, Cepsa y demás compran el petróleo
como mi madre cuando va al mercado: Se calcula que en Asturias la mitad de los trabajadores viven en un municipio distinto al de la empresa en la que trabajan, por lo que, conocido el mediocre funcionamiento del transporte público, son los primeros afectados por la subida del combustible y por tantas y tantas otras subidas. No se ha oído ninguna voz sindical de protesta. No, señores supremos
estafadores, el noventa y nueve por ciento de su petróleo lo adquieren
a un precio pactado hace mucho tiempo y solamente los desfases puntuales
están sujetos al oscilante precio del mercado. Finalmente,
resta añadir que la depreciación del dólar respecto
al euro no se ha visto repercutir en la gasolinera: tienen más
morro que manguera.
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