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El litro de gasoil a un euro

Por Julio A. Suárez

 


Y la vida sigue igual. ¿Igual? No, igual, no. Apretándonos como nos están apretando por todos lados tras el timo de la sustitución de la peseta por el euro, no puede ser igual: un puñetero litro de gasoil a 166 pesetas.

En Asturias, el precio del litro de gasoil a finales de septiembre acaba de alcanzar el euro y no veo que periódicos, radios y televisiones se hayan referido al tema ni poco ni mucho.

A la gente corriente, siempre nos engañan. Nos llevan y nos traen a donde quieren y cuando quieren. Hace unos pocos años, el litro de gasolina costaba el doble que el de gasoil y los fabricantes de automóviles se lanzaron a una campaña de promoción del motor diesel. Y ahora que todos tenemos ya un coche diesel, entonces las petroleras y el gobierno, ponen el precio del gasoil prácticamente igual que el de la gasolina.

En su origen, los motores diesel que inventó el ingeniero alemán, nacido en París, Rudolf Diesel estaban destinados a aquellos sectores como el agrícola y el industrial que precisan de bajos costes y que, además, se podrían beneficiar de la posibilidad de utilizar combustibles no derivados del petróleo. De eso llegamos a algo así como “gasolina para los ricos y gasóleo para los pobres”; y ahora estamos en que el “gasóleo” de los pobres cuesta tanto como la gasolina de los “ricos”.

Llevan años engañándonos, dándonos el timo y ya el personal lo acepta con la naturalidad de lo cotidiano y lo inevitable: Que el emir de Cuatro Oasis riñe con su tercera esposa: sube el petróleo; que la fuerte marejada en el Mar del Norte daña una plataforma: sube el petróleo; que la policía se enfrenta a los manifestantes en Nigeria: sube el petróleo; que se reúne la OPEP: sube el petróleo; que los chinos de la China se pasan de la bicicleta al ciclomotor: sube el petróleo; que Putin manda que despeguen los bombarderos estratégicos: sube el petróleo; por no hablar de guerras y grandes cataclismos. Los supremos estafadores que gobiernan el mundo casi han conseguido hacernos tragar que las grandes compañías petroleras, incluidas las españolas Repsol, Cepsa y demás compran el petróleo como mi madre cuando va al mercado:
-Oiga, ¿a cuánto tiene estos barriles?
-A setenta y seis dólares.
-¡Vaya precios! Bueno, póngame una docena que este finde me vienen las nueras y los nietos.

Se calcula que en Asturias la mitad de los trabajadores viven en un municipio distinto al de la empresa en la que trabajan, por lo que, conocido el mediocre funcionamiento del transporte público, son los primeros afectados por la subida del combustible y por tantas y tantas otras subidas. No se ha oído ninguna voz sindical de protesta.

No, señores supremos estafadores, el noventa y nueve por ciento de su petróleo lo adquieren a un precio pactado hace mucho tiempo y solamente los desfases puntuales están sujetos al oscilante precio del mercado. Finalmente, resta añadir que la depreciación del dólar respecto al euro no se ha visto repercutir en la gasolinera: tienen más morro que manguera.