Los
fraudes de Sempra Energy a la bolsa de valores.
Por Jaime Martínez Veloz.
La Jornada.
jornada.unam.mx
De que la perra es brava, hasta a los de la casa muerde, reza el adagio
popular. Mientras que el Comité de Energía del Senado
en California proponía el 10 de abril de 2003 terminar con el
proceso de liberalización del mercado energético y devolverlo
al Estado, aquí en México el gobierno del presidente Fox
nos vendía la peregrina idea de las supuestas ventajas de un
proceso de privatización que en la cuna del capitalismo había
demostrado un fracaso rotundo, generándole al estado de California
un déficit presupuestal, según cálculos conservadores,
de más de 25 mil millones de dólares, que fue el detonador
de la caída de Gray Davis como gobernador de ese estado.
De esta manera, los
gobiernos de Vicente Fox y Eugenio Elorduy le regalaron a Sempra Energy
y a su socia British Petroleum, entre otras, un negocio de 610 millones
de dólares anuales. Con el disfraz de la integración
económica, la administración federal cedió territorio
y activos del país a poderosas compañías extranjeras.
La Secretaría de Energía otorgó en los años
2002 y 2003 permisos de exportación de electricidad en Baja California
para instalar seis plantas, con capacidad nominal de 2 mil 600 megavatios,
que permitirán venderle anualmente a Estados Unidos aproximadamente
20 teravatios/hora, con lo que se podía tener ganancias mínimas
de 290 millones de dólares al año.
La crisis boliviana tendría sus repercusiones
en el proyecto energético californiano; principalmente Sempra
sufrirá las consecuencias, dado que tenía tiempo construyendo
un rentable negocio que le permitiría coyotear el gas
boliviano, vendiéndolo a un costo 10 veces mayor al de compra
original. La caída del presidente boliviano Gonzalo
Sánchez de Lozada obligó a los socios Sempra Energy y
British Petroleum, a través de su filial BPMIGAS en Indonesia,
a firmar un convenio para el suministro de 3.7 millones anuales de toneladas
de gas natural licuado por 20 años para Estados Unidos y México.
Si al menos se hubiese previsto el suministro de gas por parte de Petróleos
Mexicanos, esta paraestatal habría tenido la posibilidad
de ganar 320 millones de dólares al año, por este proyecto
de exportación. Si el gobierno federal dice que la industria
eléctrica requiere recursos para invertir, ¿por qué
le regala ese negocio multimillonario a los extranjeros? Para nosotros
la basura, para ellos las ganancias y la energía.
Con estas jugosas ganancias en juego y con la complicidad
de los gobiernos federal y estatal, no escatimaron acción alguna
para lograr su propósito, no importándoles atropellar
derechos ciudadanos y violentar las leyes mexicanas, amparados en la
protección brindadas a dichas trasnacionales por Vicente Fox
y Eugenio Elorduy.
Sin embargo, en la embriaguez de su ambición no midieron las
consecuencias que provocarían sus burdos atropellos y con un
cinismo ramplón, propio de la miserable actitud con que tratan
a los pueblos del mundo, se atrevieron a simular una operación
de compraventa a una persona de nombre Elodia Gómez Castañón,
el 31 de enero de 2006, cuando la misma había fallecido el 10
de octubre de 2004, para adquirir el terreno que la ley le obliga a
tener como zona de amortiguamiento. Ahí es donde la puerca torció
el rabo y ahora sus actos ilícitos los tienen contra
la pared.
En el exhorto Nº 21/2010 del 24 de mayo de 2010, girado por el
juez primero de lo penal de Tijuana, Baja California, licenciado Francisco
A. Molina Hernández, se ordena la restitución del inmueble
a su legítimo propietario, al cual le fue regresado después
de que había sido despojado del mismo mediante las complicidades
de Sempra y las autoridades estatales. El que dicha empresa
no tenga la posesión jurídica sobre el terreno tiene muchas
implicaciones; la principal, que quedó al descubierto la farsa
montada por Sempra y avalada por el gobierno estatal en turno.
Sempra ha cometido fraude al ocultar a los tenedores
de acciones en la bolsa de valores que existía una demanda en
su contra; y presentar proyecciones de futuros que sabía no tenían
ni podían garantizar jurídicamente. Ha cometido perjurio
en contra de la SEC (Securities & Exchange Commission), al no reportar
la demanda en su contra y ocultarle que perdieron el litigio en el tribunal
colegiado desde marzo de 2009; y posteriormente querer ocultar la verdad
al iniciar una denuncia falsa por despojo, que ahora se resuelve y sale
a relucir después de más de tres largos años. Y
ha cometido fraude en contra de sus acreedores, a quienes mintieron
y ocultaron que tenían esta demanda. ¿El honorable Donald
E. Felsinger, chairman de Sempra Energy, podrá reconocer ante
sus socios gringos que le compró un terreno en Ensenada a una
difunta? Entre más poderosos, más cínicos. Donald
E. Felsinger no es la excepción: en el fondo, no es más
que un pobre diablo.
Sempra Energy engañó a las autoridades federales,
como la Semarnat, la SCT, la Comisión Federal de Competencia,
a las cuales mintió para cambiar el uso de suelo y obtener las
licencias y permisos necesarios, ya que de mala fe se hicieron del terreno
por su desesperación por cumplir con el megacontrato con CFE
por más de mil 400 millones de dólares por año,
por 15 años.
La actividad de Sempra Energy ha tenido múltiples consecuencias,
entre otras: que no se observen las disposiciones constitucionales establecidas
para la conservación del medio ambiente; que nuestro país
incumpla con tratados y convenciones internacionales en materia de protección
al ambiente; que se agudice la amenaza y el peligro de extinción
para especies únicas en el mundo; que se afecte el potencial
pesquero y turístico de toda la región. En síntesis,
que se comprometa el futuro de plantas, animales y seres humanos, gracias
a la impunidad con la cual opera esta empresa.
Por todo ello la regasificadora en Ensenada de Sempra Energy debe ser
clausurada a la mayor brevedad posible, en cumplimiento de las leyes
que rigen en nuestro país.