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Un Estado de Desencanto

Javier Sierra.
Columnista del Sierra Club.

 

Cualquiera que haya visitado Nuevo México y haya visto cómo el sol poniente acaricia las Montañas de la Sangre de Cristo con un manto de intenso color rojizo, se da cuenta al instante por qué a este hermoso rincón del planeta lo llaman la Tierra del Encanto.

Pero a este estado singular de singular tradición hispana, al terminar este mes de la Herencia Hispana, también ha llegado el desencanto, el senador John McCain, cuyos planes energéticos para Nuevo México amenazan con dejar un desastroso legado tóxico.

El senador McCain propone que para acabar con nuestra adicción petrolera (llamémosla cigarrillos), debemos pasarnos a la energía nuclear (llamémosla crack). En una reciente entrevista con CNN, John McCain declaró que la solución para nuestra crisis energética radica en parte en la construcción de 45 centrales nucleares por todo el país. Esto casi duplicaría el número de reactores nucleares en Estados Unidos y generaría unas 2,000 toneladas de residuos altamente tóxicos al año.

Nuevo México ya soporta una desproporcionada carga nuclear sin la ayuda del senador McCain. En la Planta Piloto de Aislamiento de Desechos Nucleares de Carlsbad ya se han depositado cientos de miles de barriles repletos de residuos nucleares procedentes de todo el país. A esto se suman los residuos nucleares producidos en el Centro Atómico Trinity de Alamogordo y el Laboratorio Nacional de Los Alamos.

Y los nuevomexicanos pagan cara esta sobrecarga nuclear. En 2007 en el agua subterránea de Albuquerque se descubrió contaminación de níquel, un metal pesado tóxico, que superaba en un 200% los niveles máximos permitidos por el estado.

Lo más triste de esta situación es que existen poderosas opciones a este “crack” energético llamado la energía nuclear a mansalva. Debido al extraordinario número de horas de sol al año y a sus vientos predominantes, Nuevo México podría convertirse en un El Dorado de la energía alternativa, limpia y renovable.

Y a juzgar por los molinos de viento que remenciona John McCain, cualquiera diría que el senador ha visto la luz. Pero si nos fijamos en su historial legislativo, nos damos cuenta que los molinos son tan reales como los que ataca Don Quijote en la obra maestra de la literatura hispana.

El senador John McCain ha votado ocho veces contra el Estándar de Electricidad Renovable y contra la financiación de energía limpia y se ha negado a financiar programas de fomento de las energía solar y de viento. Además insiste en preservar los $13,000 en regalías que se lleva la industria petrolera actualmente y planea darle otros $3,800 en recortes de impuestos.

El resultado es que las petroleras como ExxonMobil o Chevron nadan en la abundancia y a los nuevomexicanos les toca bailar con la más fea.