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La impunidad de los grandes tramposos

Por Braulio Alvarez

 

Vivimos una época de exaltación de la mentira y de triunfo de los tramposos. Que cada uno ponga un nombre, un cargo, una ocupación, una actividad: ministro, diputado, obispo, director de empresa…; bancos, compañías telefónicas, eléctricas… Ascensos, objetivos, resultados, todo se consigue yendo con el engaño por delante. Mentir al cliente, aunque sea una viejecita desvalida, lo consideran un mérito y una muestra de capacidad y eficacia.

Es bastante conocido el dicho de que “hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas”, que unos atribuyen a Disraeli, otros a Mark Twain y otros al libro del sociólogo Ben Wattenberg.

Gregorio Morán dice que la estadística es la ciencia preferida de los sinvegüenzas y que al contar con la amplificación de los periodistas, sus efectos pueden ser letales.

En Asturias abundan los grandes tramposos en los principales puestos de todos los sectores de la sociedad. Su comunidad de intereses y su alianza estratégica con los medios de comunicación es firme y duradera.

Por eso uno se lleva una satisfacción cuando descubre los entresijos de alguna de sus grandes mentiras.

La Sanidad asturiana camina por la senda de la incompetencia, la desidia y el despropósito; pero, periódicamente, el gobierno que preside Alvarez Areces lanza sus estadísticas y los medios de comunicación las presentan para hacer creer al lector que son verdad. Por ejemplo, que en las listas de espera cada vez se espera menos.

El doctor José Sanchís Moll, que fue director del Hospital Central de Asturias, en un artículo sobre las listas de espera desvela el método que utilizan los tramposos de la Consejería de Sanidad para confeccionarlas: no hacen la media de los días que tuvieron que esperar los enfermos para que les operasen o para que les atendiera el especialista o para que les dieran el resultado de una prueba; no, sino que cogen al que entró en lista de espera hoy, al que entró ayer, al que entró la semana pasada, y lo suman con el que lleva tres meses y con el que llevan seis y sacan la media…

¿Alguien: juez, fiscal, político, sindicalista, periodista actuará contra esos tramposos que juegan con la salud y nos engañan con la realidad sanitaria asturiana? Seguramente que no. Es la impunidad de los tramposos.