asturiasemanal.es
laboral ecología cultura opinión política etcétera
   
con tacto
   

El baile de los vampiros. Los dirigentes de la UE
y la crisis financiera.

Por Jean-Jacques Chavigné
www.democratie-socialisme.org

Después de haber puesto cerca de 200 mil millones de euros a disposición de los bancos europeos en agosto de 2007 y, de esa manera, haber fomentado su frenesí especulativo, los dirigentes de la Unión Europea se proponen ahora hacer pagar la factura de sus generosidades a los asalariados europeos.

En agosto pasado, el Presidente del BCE, Jean Claude Trichet, había aportado todo el apoyo del cual era capaz al aumento de los activos financieros. Tragada la vergüenza, se alza hoy contra los riesgos de inflación salarial. En plena "independencia", condena así el 5,12% de aumento obtenido por los asalariados de la siderurgia alemana y pone en guardia contra la espiral "aumento de los precios-aumento de salarios". La espiral "aumento de los beneficios-aumento de los salarios" no forma obviamente parte del paisaje económico del Sr. Trichet.

El Banco Central Europeo y la inflación

Se demuestra de esta manera que su problema no es la inflación sino la subida de los salarios. Se vuelve cada vez más evidente que la lucha contra la inflación solo es para el BCE un pretexto para preservar los beneficios de todo aumento por parte de los salarios en el reparto de las riquezas.

El propio Trichet justifica la carestía del euro al afirmar que un euro "fuerte" modera el peso de la factura petrolífera y de la mayoría de las materias primas importadas, cuyo precio es en dólares. Sería, a su modo de ver, con la "moderación salarial", la razón principal de la moderación de la inflación en Europa.

La moderación de la inflación es muy relativa: incluso el Gobierno Sarkozy se ha visto obligado a admitir el aumento del precio de los productos alimentarios y de la energía.

Pero sobre todo, si se tomase al Sr. Trichet en serio, sería necesario concluir que la baja continua del dólar tendría de traducirse en una explosión alcista de la inflación en los Estados Unidos. No es el caso: la caída del dólar ante el euro desde enero de 2002 no implicó un alza de los precios en este país. De nuevo, se ha comprobado que el Sr. Trichet está dispuesto a hacer cualquier cosa para justificar su lucha contra los aumentos salariales.

El verdadero papel del euro caro resulta cada vez más evidente. Se trata de no dejar más que una única variable a adoptar para poder exportar los productos y los servicios de la zona euro: la reducción de los salarios y el aumento continuo de la productividad laboral.

El euro caro, el crecimiento y el Tratado de Amsterdam

Cara a la crisis financiera, los 27 Jefes de Estado y de Gobierno de la UE presionaron alos países que, como Francia, no equilibraron su presupuesto para que acelerasen "el ritmo de reducción del déficit y de la deuda". La voluntad de estos Jefes de Estado de hacer pagar la crisis, no a los intocables banqueros, sino a los asalariados es evidente. Esta voluntad es tanto más inadmisible cuanto que en todos los países europeos las deudas aumentaron a consecuencia de los regalos fiscales hechos al los más favorecidos. Los 15 mil millones de regalos fiscales concedidos por Sarkozy a algunos millares de hogares son el último avatar de esta política.

Pero de repente, nadie, y sobre todo los economistas liberales, parece recordarse de cuál era la justificación del Tratado de Amsterdam que, en 1997, decidía limitar los déficits y las deudas públicas de los países de la zona euro.

Todos estos economistas amnésicos desarrollaron esa justificación en columnas en todos los periódicos: los déficit o las deudas públicas excesivas en uno o varios países de la zona euro penalizarían al conjunto de los países de esta zona. En efecto, los mercados de cambios sancionarían toda deriva de la hacienda pública de un estado miembro haciendo bajar el valor del euro en el mercado de divisas. En cinco años, el valor del euro conoció una elevación del 85% de su valor con relación al dólar. ¿No habrá llegado ya el tiempo de sacar todas las conclusiones, en particular, en términos de déficit públicos y de volver a dar a los estados de la zona euro la libertad de su política presupuestaria? ¿Cuáles serían los riesgos de tal política?¿Volver el euro menos caro en relación al dólar, al yen y al yuan? No es un riesgo sino una necesidad.

¿Hay que dejar aumentar los déficit públicos?

Pero si estos déficit permitieran, en un primer momento, responder a la urgencia social, reactivar el consumo y el crecimiento, se les reabsorbería mucho más fácilmente en una segunda etapa. Tanto más fácilmente, por otra parte, en cuanto que el BCE bajaría sus tipos, dando así un golpe de fusta al crecimiento y reduciendo lo que cuesta más caro en el reembolso de la deuda pública, los intereses pagados a los rentistas.