Aprovechando
las instalaciones de un antiguo convento y de un lazareto
se instaló en las primeras semanas de la guerra
una especie de cárcel provisional para presos
gubernativos que aún no habían sido
encausados por la jurisdicción militar. En
esta época muchos de los detenidos de San Simón
fueron sacados por elementos de Falange, Guardia Civil
y los llamados “cívicos”, y ejecutados
en las cunetas de las carreteras y ante los muros
de los cementerios. Según testimonios, el director
de San Simón y de las prisiones de Pontevedra,
Lago Búa, el médico forense Bustelo,
fueron responsables, junto con el teniente Rodríguez
de la Guardia Civil, de muchos “paseos”;
también se dedicaron a detener a personas de
derechas a las que luego ponían en libertad
a cambio de importantes cantidades de dinero. Denunciados
por una de esas personas de derechas, fueron condenados
a muerte en consejo de guerra celebrado a puerta cerrada,
y ejecutados por un piquete al mando, “casualmente”,
de su compinche el teniente Rodríguez.
Al
derrumbarse el Frente Norte muchos prisioneros fueron
conducidos a esta cárcel provisional en funciones
de campo de concentración. Desde el puerto
de Bilbao partió el barco prisión “Upo
Mendi”, lleno de prisioneros, con la finalidad
de integrarlo en el sistema concentracionario de San
Simón. La falta de calado impidió que
el “Upo Mendi” se acercara lo suficiente
a la isla de San Simón, permaneciendo fondeado
en aguas más profundas de la ría de
Vigo. A San Simón fueron también conducidos
desde el campo de concentración de Camposancos
varios presos condenados a pena de muerte para ser
ejecutados.
Al
finalizar la guerra se trató de convertir el
Campo de Concentración de San Simón
en un centro de reclusión para presos mayores
de sesenta años de edad, trasladando a centenares
de ellos desde todas partes de España.
Relación
de prisioneros que fueron condenados a pena de muerte
en consejos de guerra celebrados en el campo de concentración
de Camposancos y, posteriormente, trasladados a la
isla de San Simón, donde fueron fusilados.
Fermín
García Alvarez. Condena: Pena de muerte. Fusilado:
5-8-38.
Natural de Carbonera, vecino de Santa Cruz del Sil,
León, 42 años, casado (1 hijo), encargado
de minas. Activista del PSOE; luego, del PCE; tomó
parte en la Revolución del 34 y fue condenado
a pena de muerte, que le fue conmutada, siendo amnistiado
por el Frente Popular; al iniciarse el GMN, capitaneó
un grupo que ofreció resistencia en su pueblo;
capturado a bordo del “Gaviota”.
Gregorio Mateos Maroto, “el Cepo”. Condena:
Pena de muerte. Fusilado: 5-8-38.
Natural de Nogués, Toledo, vecino de Nava,
39 años, casado (2 hijos), industrial. Dirigente
del PSOE; participó en la Revolución
del 34; de los comités de Guerra y Abastos;
presidente de la cooperativa; fue nombrado juez municipal;
capturado cuando huía a bordo del “Gaviota”.
José González Iglesias. Condena: Pena
de muerte. Fusilado: 5-8-38.
Natural de San Andrés de Linares, vecino de
La Felguera, 36 años, casado (3 hijos), electricista.
De la CNT; había participado en la Revolución
del 34; al iniciarse el GMN, del Comité de
Guerra; tomó parte en los ataques a los cuarteles
de Gijón; capturado cuando huía a bordo
del “San Juan de Nieva”.
José Alvarez García. Condena: Pena de
muerte. Fusilado: 5-8-38.
Natural y vecino de Gijón, 36 años,
soltero, ajustador. De las JSU y de la UGT; de la
Guardia Roja; participó en la Revolución
del 34; al iniciarse el GMN, reclutó gente
para atacar los cuarteles de Gijón; capturado
en el “Mont Seny”.
Isaías González Miguel. Condena: Pena
de muerte. Fusilado: 5-8-38.
Natural de Ezcaray, La Rioja, vecino de Olloniego,
Oviedo, 29 años, soltero, minero. Del PSOE
y de la UGT; había participado en la Revolución
del 34 en el ataque al cuartel de la Guardia Civil
de Olloniego; al iniciarse el GMN, formó parte
de la expedición de obreros que salió
por tren hacia Madrid; nombrado jefe de policía
en Olloniego; policía secreta en Avilés;
capturado en el “San Juan de Nieva”.
Bernardino Fernández Velázquez. Condena:
Pena de muerte. Fusilado: 5-8-38.
Natural y vecino de Salas, 31 años, soltero,
cerrajero. Dirigente del PSOE; había participado
en la Revolución del 34; del Comité
de Guerra; del Comité de Transportes; instructor
de milicias; nombrado policía en Soto del Barco;
capturado a bordo del “San Juan de Nieva”.
Francisco Casal Sánchez. Condena: Pena de muerte.
Fusilado: 5-8-38.
Natural y vecino de La Felguera, 28 años, casado,
metalúrgico. De las Juventudes Libertarias
y de la CNT; había participado en la Revolución
del 34; tomó parte en los ataques a los cuarteles
de Gijón; del Comité de Guerra; nombrado
agente de Investigación y Vigilancia.