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Las compañías eléctricas españolas siguen vendiendo
sus participaciones en las plantas regasificadoras.

 

Por Julio A. Suárez.

 

 

Endesa, esa compañía eléctrica que dejó sin suministro eléctrico a cerca de medio millón de clientes en Gerona porque cayeron unos copos de nieve y sopló un poco de viento, acaba de anunciar un aumento del 22,3% en los beneficios del primer trimestre del año. Pero si sumásemos las plusvalías generadas por la integración de empresas y la venta de activos, entonces triplicaría beneficios, ¡triplicaría!, y alcanzarían la cifra de 1.535 millones de euros. ¡Menos mal que hay crisis, Sr. Brentan!

¡Que el presidente Rodríguez Zapatero les suba urgentemente el precio del kilovatio que las pobres eléctricas lo están pasando muy mal!

No se sabe que ningún directivo de Endesa esté procesado por negligencia después de lo de Gerona, pero tampoco se sabe cuánto se reparten, cuánto se llevan crudo esos mismos directivos.

Es lo de siempre: irresponsabilidad y opulencia.

Pero el motivo central de este artículo es la noticia que circuló ayer en los medios financieros y energéticos de que Endesa tenía prácticamente vendida su participación en la planta regasificadora de Sagunto, que es, o era, del 20% de su capital.

Endesa se une así a Iberdrola y a BP en el abandono de posiciones en el sector de las plantas regasificadoras españolas mediante la venta de sus participaciones a ENAGAS o a grupos financieros extranjeros: ¡Raro, raro, raro!

El capital social de la planta de regasificación de Sagunto (Saggas) estaba repartido de la siguiente manera: Unión Fenosa, 42,5%; un fondo del Deutsche Bank, 30% (participación adquirida a Iberdrola, a la que también recientemente compró su otra participación del 25% en la regasificadora Bahía de Bizkaia Gas); Endesa, 20%; y Omán Oil, 7,5%.

Según informa La Vanguardia, esa participación de Endesa en la regasificadora de Sagundo ha sido adquirida por la japonesa Osaka Gas, fundada en 1897, a través de su filial británica. Osaka Gas desarrolla sus actividades en varios países: Australia, Indonesia, Omán, Noruega, Estados Unidos... Su interés por invertir en España lo justifica por ser este país el primero de Europa y el tercero del mundo en importar gas natural licuado (¡¡¡???). Pero también el interés de la empresa japonesa viene dado, según sus propias palabras, porque el “régimen regulado del país garantiza a los propietarios de las terminales de gas natural licuado unos réditos a sus negocios, asegurando a las compañías ingresos estables durante largo plazo.”

¿Qué dice el gobierno de estos movimientos de capital y cambios de propiedad en un sector estratégico y de larga tradición en las prácticas monopolísticas?

La de Sagunto es la tercera planta regasificadora de España, por detrás de las de Barcelona y Huelva. Su capacidad de regasificación es de 6,5 millones de toneladas al año, que se quiere aumentar en un millón más; dispone de tres tanques de almacenamiento más un cuarto en construcción, con lo que alcanzaría los 600.000 metros cúbicos.

Muchas cosas se están moviendo en el sector gasístico y eléctrico, pero con la opacidad acostumbrada de los que, paradójicamente, gustan de moverse en la oscuridad informativa.

¡Ojo con el precio del gas natural (y de la electricidad)!

Ver también: British Petroleum (BP) e Iberdrola venden su participación
en la regasificadora Bahía de Bizkaia.